Capitulo 14

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-¿Esto estará bien?-Le mostré una enorme sudadera negra estampada con ''JACK WILLS'' en letras blancas por delante, que me había regalado la señora Johnson por mi cumpleaños, años atrás. También saqué un pantalón del algodón gris que me quedaba algo estrecho, tal vez a Rose le quedaría bien.

-Si. Cualquier esta cosa esta bien.

-Ten-Le entregué las prendas-Yo me cambiaré en el baño, y tú aquí ¿De acuerdo?

-De acuerdo.

Salí de la habitación cerrando la puerta a mi paso. Me apoyé en ella ¿Qué estaba pasando? ¿Cuando había pasado de ser la irritante Rose a solo Rose, la chica que me importa? No. Sabía que esto era de esperarse, estaba anunciado. Pero no podía pasar. No. No quería más dolor en mi vida. Nunca más.

El baño se encontraba en frente de mi habitación. Entré y me cambié rápidamente. Los pantalones de algodón negro y la camiseta básica blanca, era perfecto para estar en casa. En casa...con Rose.

Estaba distraído. Giré la perilla y la puerta se abrió de par en par. Los ojos como platos de Rose me hicieron recordar un pequeño detalle; tenía que tocar la puerta antes de entrar.

Ambos nos quedamos totalmente petrificados. Ella me miraba con ojos muy abiertos y yo me quedé de pie en la puerta observándola. Luego de unos segundos pude pensar nuevamente.

Bajé mi mirada de su rostro. Primero al suelo; la chaqueta y el vestido empapados estaba en el suelo junto a sus pies. Sus pies descalzos, las uñas pintadas de negro. Las piernas desnudas y pálidas por el frío. Desnudas. No traía puesto el pantalón. El juego de ropa interior de encaje negro era perfecto complemento de su piel y su cabello húmedo. El sostén perfecto a su cuerpo. la curva de sus pechos era como la caída de una montaña rusa. Peligrosa y excitante. Su pecho subía y bajaba en movimientos suaves e irregulares. Entonces, me fijé. Bajo su costilla derecha. Una cicatriz profunda y pequeña se abría paso. No era grande, tenía unos cinco centímetros como mucho. Pero aquello era notorio, lo suficiente para distinguirlo entre toda aquella piel tersa como la seda.

Di un paso adentro. No sabía que hacer. Cerré la puerta tras de mí. Ella dio un paso atrás, como un animal indefenso.

Otro paso. Ella retrocedió más. Un tercer, cuarto y quinto y Rose chocó contra la pared. me miraba con una mezcla entre cautela, miedo y sorpresa. Tomé la sudadera que ahora aferraba entre sus manos con fuerza. La deslicé sobre su cabeza y en silencio ella metió los brazos en las mangas. En cuanto sacó la cabeza del cuello de la sudadera, sus ojos se conectaron con los míos. Acomodé su cabello que se había despeinado por meterse entre el saco. Ella seguía cada uno de mis movimientos con ojos como la luna.

Deslicé mi mano a su nuca y la atraje a mí.

La estaba besando. Me estaba besando. Nos estábamos besando.

Sus manos subieron a mi pecho y supe que tenía la intención de apartarme. Subieron más y más hasta que sus brazos se enrollaron en mi cuello. Bajé mis manos a su cintura. Y amarré mis brazos alrededor de ella. El impulso de apegarla a mi se sentía como parte de mi instinto. La acerqué aún más, más y más, hasta que casi formamos uno solo. El aire nos faltó y separé mis labios de los suyo. Solo un poco. Una pequeña franja de aire separaba nuestros rostros.

-¿Qué fue eso?-Susurró.

-No lo sé...

Ella suspiró y antes de que pudiera apartarse de mí. La apegué a mi cuerpo y volví a besarla. Era algo...algo que nunca antes había sentido. Como si sus labios encajaran con los míos. Increíble.

-Es tarde...Debo irme...-Murmuró entre besos.

-Un rato. Solo un poco más-Supliqué. En verdad no quería que se fuera. besé suavemente la comisura derecha de sus labios.

-No...se hará más tarde y no podré irme.

-Quédate.

-¿Qué?-Se alejó de mí.

-Quédate-Tomé aire esperando la respuesta.

Ella me miró con atención.

-Escucha. No sé que demonios está pasando. Solo quiero tenerte aquí esta noche ¿De acuerdo? Solo quiero pensar en mí por una vez. Solo quiero hacer las cosas sin pensar en el dolor que me ocasionarán.

-¿Dolor? ¿Por qué Billy?-Preguntó suavemente.

-Todo, por más bueno que parezca, al final causará dolor.

-No es así.

-Tú lo puedes decir porque vives una vida perfecta.

-No conoces mi vida-Dijo a la defensiva.

-No. Pero si lo suficiente para saber que es buena, o al menos mejor que la mía. Siempre estás sonriendo y contenta.

-Que sonría no significa que sea feliz.

-Claro que sí.

-No, no es así.

Suspiré. En verdad, no sabía que estaba pasando. Era como si la pared de hielo que cubría mi corazón hacía años, por fin se estuviera derritiendo.

-Escucha-Se sentó junto a mí-Por más duro que te trate la vida; una sonrisa al mundo nunca sobra. Tú eliges, puedes dejarte tumbar por las situaciones o simplemente aprender de ellas y enfrentarlas con la cabeza en alto.

-Lo sé. Es fácil decirlo...Es solo que-Sentí como un nudo se armaba en mi garganta. Bien. Era momento de sacar todo eso fuera. Sabía que el momento llegaría, no sabía con quien estaría. Y si tenía que desahogarme alguien, algo me decía que Rose era la indicada entre todo este mundo de superficialidad, tintes para el cabello, jugadores de fútbol y minifaldas-Es solo que aveces es tan duro. Y a veces soy tan débil. Y lo sé. Sé que tengo que ser fuerte por mi hermana, sé que no debo darme por vencido. He logrado sobrellevar esto por tantos años...-Mi mentón comenzó a temblar-Pero no se cuanto tiempo más lo haré. Y tengo miedo, tengo miedo de perder el control. Que todo esto sea más grande que yo. Tengo miedo de que algo malo pase.-Las lágrimas tibias comenzaron a salir de mis ojos. Humedecían mis mejillas y me ardían en los ojos-He podido ser el chico rudo por tantos años. Pero me duele, me duele saber que estoy solo...

Rose mordió su labio inferior y sin vacilar en un solo instante; se sentó en mi regazo. Tomó mi rostro entre sus manos me miró y luego me acogió en su pecho. Exploté en mil emociones.

-¿Quieres contarme qué pasó?-Murmuró con delicadeza.

Tomé aire.

당신을 사랑하자 (Billy Hargrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora