Capitulo 28

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Me paralicé. Totalmente quieta. Tensa. Nerviosa. Avergonzada.

Sus grandes manos acunaron mis hombros. Se deslizaron con ternura por mis brazos. Dio un paso adelante. Sentía su calor en mi espalda. Tomó mis manos entre las suyas y se inclinó para besar mi hombro derecho. Fin. No había más ataduras. No había más vergüenza. No.

Me encontraba en un sostén sin tirantes color champaña, al igual que la parte de abajo. No más.

Me volteé. Billy me miró con intensos ojos azules. Hermoso. Bien, era mi turno. Se inclinó para besarme. Lo esquivé. Frunció el ceño. Sonreí. Muy despacio desabroché su camisa. Él miraba con atención mis movimientos. Su camisa, al igual que mi vestido, cayó al suelo. Me puse de rodillas frente a él y solté su cinturón. Él abrió como platos los ojos. Quise reír, ya suponía que le estaba pasando por la mente. Pero no, no tenía intención de llevar eso más allá. Bajé el cierre de su pantalón y lo deslicé por sus piernas. Me puse en pie. Me miró a los ojos. Sus ojos parecían de un azul más fuerte de lo normal. Tenía una mirada voraz. No resistí más ¿Qué me había hecho ese chico? Me amarré a su cuello y lo besé con rudeza. Quería a Billy, en verdad lo quería. Me estrechó lo más que pudo contra su cuerpo y empezó a acariciar mi espalda desnuda. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo.

Billy dio uno, dos pasos atrás y caímos sobre el suave colchón de su cama. Yo encima de él ''Oh dios...''

Sus manos bajaron a mis piernas y la acariciaron con sutileza. Siguieron subiendo, por mis caderas, la espalda. Llegaron al broche de mi sostén. ''Oh, dios. Oh, dios'' No era capaz de llegar más lejos. No. No estaba bien ¿Y si yo no le gustaba? ¿Y si no significaba para él, lo mismo que para mí? Además. Él estaba triste. Estaba desesperado. Mal. Y si alguna vez sucedía...Eso...Quería que fuera especial. Quería que ambos estuviésemos consciente. Que no fuera una simple calentura.

-Rose...te necesito...-Murmuró con voz ronca.

Pero no podía dejar que ocurriera. No ahora.

-Bi-Billy...-Balbuceé entre besos-No ahora-Me aparté los suficiente para poder hablar-Tu cabeza no está aquí. Tú no estás aquí. Estás estresado, preocupado...ya llegara el momento.

-Tienes razón-Suspiró-Mejor hay que dormir ¿Sí?

-Claro-Sonreí.

Con cuidado me rodó en sus brazos y me recostó junto a él. Me abrazó por la cintura y me acurruqué. Lo miré. Estábamos frente a frente. A pocos centímetros. Me acerqué un poco más y acaricié su nariz con la mía. Él rió con suavidad.

-Menos mal.

-¿Qué cosa?

-No ocurrió.

De repente. Me sentí ofendida. Puede que yo haya sido quien no lo hubiese deseado al principio, pero es que ¿No era suficiente para él? Me di la vuelta, dándole la espalda y me envolví bien en las mantas.

-¿Sabes, por qué?

Se acercó a mí por detrás y me volvió a sujetar por la cintura.

No respondí.

-Porque nuestra primera vez no puede ser así...Quiero que sea especial...Inolvidable...Como tú-Susurró a mi oído.

No tenía palabras para eso. Me volteé y me acurruqué contra él. Quedé dormida en segundos.

Abrí los ojos. Vi el reloj digital sobre la mesilla de noche de Billy. 9:27 AM. Teníamos que ir a visitar a Max. Él me abrazaba por la espalda y su rostro estaba sumergido en el hoyo entre mi cuello y mi hombro. Sonreí. Cuantas cosas podían pasar en un par de días.

No me moví. No quería que se despertara. Parecía tranquilo, así que no le quitaría aquello. Sonreí tontamente ¿Quién pensaría que yo, Roseanne Park llegaría a estar durmiendo con William Hargrove en ropa interior? ¿O que él no me llevaría a la cena más romántica de mi vida? ¿Qué pensaría el mundo al verme con Billy?

9:50. Seguía pasando el tiempo y él no despertaba, empezaba a aburrirme. Me removí un poco, me dolía el costado sobre el que estaba recostada. Billy también se movió, quedándose boca arriba, rápidamente me atrajo en sus brazos. Quedé con mi cabeza sobre su pecho.

10:15. Era momento de despertar. Me moví. Billy no parecía consciente. Quería dejarlo dormir, pero era momento de ir con Max.

-Billy...Billy...Billy-Susurré. Gruñó y se llevó el antebrazo a sus ojos. Sonreí.

Lo sacudí un poco. Seguía sin despertar.

La idea me llegó como un rayo a mi mente.

Sonreí con malicia. Rodé sobre mí hasta quedar bocabajo y me puse en cuatro sobre mis manos y rodillas. Y me acomodé sobre Billy a horcajadas.


Billy:


Sentí un cosquilleo sobre la piel desnuda de mi pecho. Me removí un poco. Después su risa sutil, casi mezclada con el viento. Abrí los ojos. Ahí estaba Rose. Pero no junto a mí, no. Estaba sobre mí, mirándome con ojos divertidos y una sonrisa jugando en sus dulces labios. También sonreí.

-Buenos días, bonita-Murmuré con voz ronca.

-Buenos días, perezoso.

Me quedé observándola. Desde mi ubicación se veía tan hermosa...Bien. Desde cualquier ubicación se vería hermosa ''¿Pero que rayos Billy?''

Rose. Oh dios ¿Qué podía decir sobre ella? Era mi primera vez en muchas cosas. Era la primera chica que conocía a Max. Era la primera chica con la que dormía. Era la primera chica a la que había podido contarle de mi vida, también era la primera que me había contado la suya. Era la primera chica con la que me había abierto, a la primera que le había mostrado mis sentimientos a flor de piel. Era la primera y única chica que me vería llorar. Era la primera chica que me había abofeteado. Era la primera chica que me había hecho sentir celos...Era la primera chica que me había hecho desear ser mejor. Ser mejor para ella. Acercarme a quien ella se merece.

당신을 사랑하자 (Billy Hargrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora