Capitulo 8

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-¿Max?

Ella volteó a verme sonriente.

-¿Qué pasa Billy?

-¿Por qué estás aquí? ¿Cuántas veces te he dicho que no te levantes de la cama sola? ¿Y dónde esta su bala de oxígeno?-Le reprendí.

-Tranquilo...-Me sonrió-Estoy bien.

-A tu habitación.

-Pero...

-A tu habitación-La interrumpí.

-Pero Billy...

-¡A tu habitación he dicho!-Exclamé.

Ella bufó y con cuidado se comenzó a poner en pie. Rápidamente Rose se adelantó y la ayudó a levantarse. Iba a ayudarla a llegar hasta su habitación, pero Max le dijo que no había problema en ir sola. Una vez se fue, me senté en el sillón, Rose me observó y se sentó junto a mí, a decir verdad se hizo al otro lado del sillón; lo más lejos que pudo. No era demasiado ya que el sillón apenas tenía espacio para dos persona, sin embargo se sentó tan a la orilla que creí que terminaría por tumbar el descansabrazos.

Ella sacó su computadora de su bolso y al mismo tiempo ambos abrimos los portátiles y comenzamos a ''trabajar'' en silencio.

-Es adorable...-Comentó Rose luego de unos segundos.

-¿Quién?

-Tu hermana. Es adorable ¿Cuántos años tiene? ¿Once...doce?

-Once-Respondí.

Asintió suavemente con la cabeza, sin separar sus ojos de la pantalla de su computadora.

-Lamento mucho de su...uh...problema.

-¿Cómo sabes lo de su enfermedad?

-Ella...me...lo comentó.

-Oh...-Ahora yo asentí.

-Lamento mucho si te incomodó, ella es un poco testaruda. Yo le dije que no saliera de su habitación mientras tú...

-No hay problema Billy-Me interrumpió-Es una niña asombrosa. En serio, es encantadora-La sinceridad se podía notar a kilómetros en su voz. De pronto Rose...''No. Deja de pensar en ella Hargrove''

-Gracias...-Murmuré.

Y pasamos horas así. Solo cruzábamos palabras para comentar algo sobre el artículo. A decir verdad al momento en que Rose dijo que era hora de irse, aún faltaba más de la mitad del artículo.

-Bien. Jason llegó por mí-Dijo mientras se ponía en pie-Si quieres...Yo me encargaré de lo que resta del artículo.

-Ya te dije que no. Podré ser raro y amargado, como tú dices-Una sonrisa se formó en su rostro-Pero no soy una persona injusta, así que los dos terminaremos el trabajo, te debo una...por hacerte llegar tarde, también.

Suspiró.

-De acuerdo...-Guardó silencio unos segundos-¿Podría...?-Señaló con dirección al pasillo. Fruncí el ceño-Despedirme de tu hermana, en serio me pareció un encanto-Concluyó nerviosa.

Mis ojos se abrieron con sorpresa ¿Para qué quería despedirse de mi hermana? Bien. Dijo que le pareció un encanto, quería creer que esa era la razón.

-Claro...-Susurré. De nuevo una sonrisa se surcó en su rostro, era una sonrisa inocente y dulce, como la de una niña.

Volvió a dejar su bolso sobre el sillón y prácticamente corrió por el sillón. Me quedé en pie justo a la mitad de la sala. Segundos después escuché su voz. Me aproximé más al pasillo, quería oír.

-¡Rose!-Escuché la voz débil de mi hermana exclamar.

-Hola linda ¿Cómo te sientes?

-Bien, gracias.

-Que bien-El silencio se apoderó de toda la casa-Bien, solo vine para despedirme.

-¿Ya te vas?-Casi pude escuchar su puchero.

-Si, Max. Debo irme ya, un amigo está esperando por mí afuera.

-¿Un amigo?

-Sí, un amigo.

-¿Es tu novio?-¿Cual era el problema de Max con los novios?

Rose rió.

-No, Max. No es mi novio.

-¿Y es guapo?

Rose se quedó en silencio.

-Es increíblemente guapo-Susurró, era una especie de juego cómplice. Como si estuviera diciendo algún secreto de estado.

Escuché sus risitas. Por alguna razón, quise salir a romperle la cara a Carver.

-¿Te gusta?

-Tal vez...-Se quedó callada-¡Sí!-Volvieron a reír como un par de chiquillas.

-¿Y mi hermano te parece guapo?-Preguntó Max luego de unos segundos. Bien. Era momento de entrar allí.

-Claro que...-Antes de que pudiera terminar de hablar, irrumpí en la habitación. Me miraron con ojos muy abiertos y mejillas coloradas.

-Bien, Rose debes irte ahora. Jason está como loco tocando la bocina afuera-Mentí.

-Adiós Max-Dijo ella sonriente.

-Adiós Rose ¿Cuando volverás?

Rose me miró a mi, esperando que yo respondiera por ella. Por supuesto no lo hice.

-No lo sé, linda.

-¿Volverás?

-No lo sé-Repitió.

-Pero yo quiero que vuelvas.

-Lo haré-Dijo Rose mientras le acariciaba el cabello.

-¿Cuando?

-No lo sé Max, pero prometo que volveré.

-¿Y me traerás dulces?

-Max...-Le dije en u tono de advertencia. Ella me ignoró.

-Y te traeré dulces-Concluyó.

-¿Vendrás mañana?

-No lo creo-Dije yo. Max me fusiló con la mirada.

-Ya veremos-Sonrió Rose.

-Bien. Adiós Rose-Dijo animada. Hacía mucho tiempo que no la veía tan contenta con una visita.

-Adiós, linda-Rose se puso en pie y besó su cabeza. Comenzó a caminar hacia la puerta.

-No deberías espiar las conversaciones ajenas, Hargrove-Susurró justo cuando pasaba junto a mí. Me regaló una sonrisa coqueta y salió a paso grácil de la casa. Escuché como el auto de Carver rugía y se perdía en la lejanía.

당신을 사랑하자 (Billy Hargrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora