Capitulo 52

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Sonreí. No esperaba darle el anillo en un momento así. Sin embargo lo quería hacer, lo quería hacer lo antes posible, no quería postergar más aquello.

-Co...compré un anillo-Balbuceé. Nunca me había sentido más nervioso en mi vida.

Sus ojos como rendijas, brillaron con un destello hermoso.

-Pero no es cualquier anillo.

Ella frunció el ceño confundida.

Tomé aire y saqué la cajita de mi bolsillo.

-Rose. Esto-Le mostré la pequeña caja de terciopelo.-Esto es un anillo de compromiso.

-¿U...un...un anillo de compromiso?

-Sí ¿Sabes por qué lo compré? Porque me di cuenta que yo no quiero a nadie más en mi vida. Me di cuenta que no podría despertar al lado de otra mujer que no seas tú, que no puedo imaginar una vida sin ti. Que si miro mi pasado, yo era solo un pobre miserable más...hasta que llegaste tú...solo puedo verlo junto a ti. No hay un futuro sin ti, Rose.  No hay un futuro sin una familia; una que formaremos los dos. No sé qué decir. Sabes que no soy bueno para las palabras por eso solo...-Me hinqué junto a la camilla, ella me miraba con atención-¿Me harías el honor de ser mi esposa?-Abrí la cajita y se la enseñé-Sepas que me harías el hombre más feliz del universo.


Rose:


-¿Me harías el honor de ser mi esposa? Sepas que me harías el hombre más feliz del universo.

''¡Oh dios mío!'' Justo en ese momento, todo lo que estaba a nuestro alrededor, desapareció. Todo, mi dolor, las agujas en mis manos. Ya no sentía nada de eso.

No podía creer las palabras que acababa de escuchar.

-Sí, claro que sí-Murmuré entre la conmoción y las lágrimas de alegría.

Él sonrió, sonrió como nunca antes lo había hecho. Sacó al hermoso anillo de la caja, tomó mi mano y lo puso en mi dedo anular izquierdo. Se veía perfecto.

-Sabía que sería perfecto.

-Es hermoso, Billy-Era el anillo más maravilloso que había visto alguna vez. No había nada que se comparara a la belleza de esa joya.

-Cuando lo vi, no pude imaginarlo en otro lugar que no fuera tu mano.

Yo sonreí.

Acercó mi mano a sus labios y besó el dorso de está, luego el anillo y me miró sonriente.

-No puedo creerlo-Murmuró.

-¿Qué cosa?

-Que voy a desposar a la mujer más hermosa en todo el universo-Se agachó y besó mis labios gentilmente.


Billy:


Las semanas avanzaron y Rose pudo salir del hospital y recuperarse totalmente.

Unos días después que ella salió del hospital, les dimos la noticia del compromiso a sus padres. Por un lado el señor Park estuvo de acuerdo y nos felicitó a ambos, por el otro la madre de Rose se retiró de la habitación en silencio. Esa noche, justo después del almuerzo en donde nos reunimos los cuatro para darles la nueva, la señora Park me llamó. Luego de un sermón sobre porque no podía volver a fallarle, hacerme prometerle cuidar de lleno a su hija y un largo suspiro, me felicitó con alegría y se comprometió a ayudar en todo aspecto para la boda.

Sí. Me iba a casar. Ni yo podía creerlo.

Durante unas noches me quedé en casa de Rose y otras en un hotel. En realidad, mientras ella estuvo en el hospital, yo estuve con ella cada noche. Mientras sus padres acogieron muy bien a mi hermana en su casa. Y cuando salió del hospital, me quedé con ella todas las noches antes de anunciar nuestro compromiso.

La noticia se dio durante un almuerzo en la casa de Rose, con comida italiana y botellas de vino. Cuando llegó el momento, me puse en pie y di el gran anuncio sin mucho rodeo. Esa noche Rose se fue conmigo a un hotel.

Desperté gracias a la luz entrando por las enormes ventanas de la habitación. Volteé a ver a Rose ella dormía bocabajo, su cabello sobre las almohadas y su espalda desnuda expuesta. La noche anterior había sido grandiosa, por fin había podido volver a sentir a mi novia...no, a mi prometida. Había besado hasta el último rincón de su cuerpo. Acaricié cada milímetro de su piel y llegué de su mano a la galaxia más lejana, para luego desplomarme en sus brazos. Ahora me sentía seguro de algo; ella era mía, totalmente mía. Esa idea me hacía sentir el hombre más contento del universo.

-Amor, despierta...-Murmuré mientras pasaba mi mano sobre la piel de su espalda. Ella gruñó y comenzó a estirarse sobre el colchón.

-¿Qué ocurre?-Murmuró.

-Me aburro-Hice un puchero. Ella río suavemente.

Bostezó y levantó su cabeza para mirarme.

-Buenos días-Sonrió.

-Buenos días princesa-Puse mi mano en la parte posterior de su cuello y la acerqué para poner mis labios sobre los suyos.

Al separarse de mí suspiró y se acomodó con su cabeza sobre mi pecho.

-¿Qué tal dormiste?-Preguntó.

Acaricié su cabello.

-Muy bien ¿Tú qué tal?

-Dormí muy bien-Besó la piel de mi pecho. Su respiración ahí me dio cosquillas.

-¿Mi madre te llamó anoche?-Preguntó luego de un rato en silencio.

-Así es.

-¿Y qué te dijo?

-Me hizo prometer cuidarte y no volver a fallar-Rose me miraba atenta-Y también nos ayudaría a planear todo sobre nuestra boda.

En sus ojos el brillo apareció y sonrió de oreja a oreja.

-¿En serio?-Dijo con entusiasmo.

-En serio-Afirmé.

-Oh, dios...-Murmuró y volvió a apoyar su cabeza sobre mi pecho. Besé mi coronilla.

-No puedo creer que me vaya a casar-Comentó luego de un rato.

-Yo tampoco...

-¿Cómo quieres que sea?

-¿Qué cosa?

-Nuestra boda,

''Boda'' ¿Quién lo imaginaría? Muchas personas se casan a nuestra edad, pero seguía siendo extraño el hecho que estuviéramos comprometidos. Seguía sin creerlo, pero sin embargo me hacía infinitamente feliz.

-No lo sé. No quiero nada muy grande.

-Me parece perfecto-Sonrió y se estiró para besar mi mejilla.

-¿Tú qué quieres?

Ella pensó unos segundos.

-Siempre imaginé mi boda en una bonita casa campestre. muchas flores y una ceremonia al aire libre.

-¿Y un gran vestido de novia?-Sonreí.

-Y un gran vestido de novia-Afirmó con una pequeña risa.

-¿Quién será tu dama de honor?

-Adivina que pequeña niña Hargrove moriría por serlo-Rió.

-¿Max?

-Sí. También sería lindo que fuera ella quien llevara nuestros anillos.

-Estoy seguro que ella se volverá loca en cuanto se lo pidas.

Rose sonrió.

-Juro que aún no puedo creerlo. No puedo creer que pasamos de gritarnos a...esto. A planear nuestra boda.

Volví a pasar mi mano por su cabello.

-Yo tampoco.

-No puedo esperar.

-Yo tampoco, ya quiero que seas oficialmente la Señora Hargrove.

Rió.

-Suena lindo.



당신을 사랑하자 (Billy Hargrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora