El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno

Un tesoro invaluable (2da parte)

El Ángel que bailaba con el Diablo:

🔵Un tesoro invaluable (2da parte)

- Espera, Vittorio, tranquilizate - le pidió Rustem.

- Tú no intervengas, estabas dispuesto a ocultarme que él se llevó la fotografía, te oí.

- ¡Porque sabía que ibas a matarlo! ¡¿Crees que quiero eso?!

- Apartate, este ya no es tu asunto - sentenció - ¿Qué estás esperando? ¿No tomarás la espada? - preguntó, ya mirando a Malek.

- ¿Es en serio? ¿Quieres que peleemos aquí?... - respondió, algo incrédulo, el grifo.

- ¿Acaso tienes miedo?...- provocó.

- N-No es eso, no tenía intenciones de pelear contigo de esta manera, yo sólo...

- Entonces no debiste abrir tu boca imprudentemente, yo por Zafira estoy dispuesto a matar...

- No hay nada más decepcionante para una mujer que un hombre que no esté dispuesto a pelear por ella - agregó Kalir.

- ¿Y tú qué sabes? - soltó Malek, molesto.

- ¿Qué sé? Pues la mujer más hermosa del Infierno muere de amor por mi así que sí, sé mucho de esto - presumió.

- No lo escuches, Malek - intervino Rustem una vez más - Sólo di que te retractas y salgamos de aquí.

Con su orgullo cada vez más herido, el grifo respondió:
- No, no me retracto.

Vittorio frunció aún más su ceño y Malek insistió:

- La señora Zafira es una mujer con una belleza digna de ser admirada - dijo, tomando la espada - Y voy a defender mis palabras.

- ¿Oíste eso Vittorio? ¿Qué se siente tener un rival en el amor? - se burló Kalir.

Vittorio no respondió, en cambio, desvió su mirada para verlo, por apenas un segundo, con una expresión que helaba la sangre

- Sí, está furioso jaja, mira su cara, Salomón, definitivamente quiere matarlo - comentó por lo bajo ya a su hermano.

- Ciertamente es la primera vez que le veo poner una cara así, y no lo culpo, mira el escándalo que se generó - habló Salomón, también atento a la situación.

- ¿Verdad? Yo digo que lo mata ¿Apostamos?.

- Déjame pensar... Vittorio es un ser racional, yo apuesto a que lo dejará medio muerto.

- Hecho, luego veremos el premio para el ganador - sonrió su hermano, estrechándole la mano.

- Mejor discutamoslo ahora, cada vez que gano una apuesta das miles de excusas para no cumplir con mi premio.

- Es que siempre me pides que haga los trabajos desagradables que tú no quieres hacer. La última vez que perdí una apuesta hiciste que matara a esa bestia apestosa de tu reino ¿Tienes idea de lo que me costó quitarme la peste que me dejó encima?

- Un buen perdedor acepta su derrota y cumple con su parte sin quejarse... - soltó, burlón.

- ¡Por tu culpa Firinea me obligó a bañarme más de diez veces en un día!

- ¡¿Cómo pueden estar discutiendo cosas así en este momento?! - se desesperó Rustem - Kalir, eres quien gobierna aquí, detenlos - le exigió.

- Kalir - lo nombró Vittorio - Solicito permiso para pelear en tu tierra.

- Concedido - aceptó con una enorme sonrisa, su hermano.

- ¡Kalir! - reclamó Rustem.

- ¿Qué? Tienes razón, soy la autoridad del reino y les concedo permiso para solucionar sus "diferencias" aquí mismo... Mira a mi gente, está deseosa de ver lo que sucederá - continuó y efectivamente los demonios habían retrocedido para dar lugar a la contienda.