Al verla, el tigre rápidamente retrajo sus garras y se desvió en su salto para esquivarla. Salomón estaba sorprendido por la defensa de Sayuri pero aun así miraba con seriedad a la bestia que nuevamente se acercaba enseñando sus comillos.
Sayuri continuó de pie delante del Diablo, interponiendose así entre él y el tigre
- Kaito... no le hagas nada por favor...
La bestia la observó con ternura y regresó a su forma original, Salomón en efecto pudo reconocer que se trataba de Kaito, pero al tener el torso semi descubierto esta vez se apreciaban las marcas de garras de tigre en su pecho.
- Sayuri, vamos, he venido para llevarte ahora mismo a casa conmigo.
- Kaito...
El joven clavó sus ojos furiosos en el Diablo y continuó - No sé que rayos acordaste con el idiota de Shumatsu pero no dejaré que tomes a una mujer a la fuerza en matrimonio sólo por que te gustó, mi hermana no es un trofeo, no me importa que seas el gobernante de este Reino, no te lo permitiré.
- Hermano, tranquilo... no es lo que parece...
- Ya lo sé todo Sayuri, culpa de Shumatsu este Diablo se encaprichó contigo y de un día para el otro te ató a él con un maldito papel con ayuda de aquel infeliz, arrastrándote a vivir aquí, quitándote tu libertad.
- Él sólo lo hizo porque quería cuidarme...
- ¿Cuidarte? Él mismo fue quien te puso en peligro con esa estupida propuesta.
- Sí - intervino Salomón - reconozco que cometí un error en mi forma de proceder, la puse en peligro y acepté mi responsabilidad trayendola a vivir conmigo para cuidarla... yo amo a Sayuri - declaró.
- ¿Que la amas dices?... ¿Sabes que a mi hermana le queda menos de un año de vida? - preguntó serio.
- Sí, lo sé - reconoció con pesar.
Mirten y los demás sirvientes quedaron impresionados al oír tal revelación, nadie sabía sobre ello aun.
- Ella merece vivir el resto de sus días en libertad, de la forma que quiera, siendo feliz, no aceptaré que la tengas encerrada aquí como un adorno de tu jardín.
- No es así Kaito... Salomón me quiere... - murmuró Sayuri apenada.
- ¿Te quiere? Si te quisiera de verdad hubiese hecho las cosas de forma apropiada, cortejandote, buscando tú aprobación, no reclamandote a ese otro imbécil como si fueses un premio.
- Kaito...
El joven se acercó más - Yo odio a los sujetos como tú y Shumatsu, sujetos que creen que porque tienen poder pueden ir por ahí poseyendo mujeres como objetos, seduciendolas, jugando con ellas, ilusionandolas... yo no pude proteger el corazón de mi madre de las manos de ese idiota porque era un niño, pero ahora no dejaré que le hagan lo mismo a mi hermana, ella no será tu juguete, es demasiada mujer para ti - exclamó señalandolo.
- Calmate hermano, él no es como mi padre... Salomón me quiere de verdad... y yo a él...
- Sayuri, todo el mundo sabe de las intenciones de este Diablo, pretende tener una esposa de cada Clan regente en este Reino, un sujeto que piensa así no merece ni que voltees a mirarlo. ¿Acaso permitirás que te haga una más del montón?
- Bueno... yo no...
- Será la única - afirmó el Diablo - Sayuri será mi unica mujer, nos vamos a casar.
- ¿Casarse? ¿Que no lo entiendes? Todo esto no tiene sentido, Sayuri no llegará a -
- Sí lo hará - lo interrumpió Salomón - ella no morirá, yo me encargaré de encontrar la foma de salvarla... sobrevivirá y será mi esposa.
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El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno
FantasyDespués de los hechos de la primera parte, Noré continúa amando en secreto a Anaciel, haciéndole compañía en su forma de ave cada vez que ella bajaba al mundo humano, esperando así el momento indicado para aparecer nuevamente ante ella. Pero todo se...