Siry y Bastian: capítulo 9

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- Bueno, es momento de irme - dijo Dafné dejándo ya su plato vacío.

- ¿Ya te marchas? - preguntó la pequeña a su lado.

- Así es, está comenzando un nuevo día, es mi hora de sueño.

- ¿Duermes de día?

- Claro, soy un vampiro puro - sonrió - dormimos durante el día. Todas las mujeres, sin importar la raza, debemos dormir bien para conservar sana nuestra belleza - deslizó coqueta.

- Oh, ya veo. Entonces ¿El tío Hazar también se fue a dormir?

- No, Hazar es mitad Diablo así que no está condicionado a los efectos del sol y a dormir durante el día. Él siempre durmió durante la noche, un poco tarde, pero lo hacía. Desde pequeño.

- Pero entonces si tú duermes de día y él de noche ¿como lo cuidabas de pequeño? ¿O lo hacia una sirvienta?

- Oh, no, jamás hubiese dejado que alguien más criase a mi pequeño - respondió sin saber que Hazar se acercaba lentamente por detrás - fue difícil, había momentos en los que realmente estaba muy cansada, pero las madres somos así, cuando se trata de nuestros hijos no sentimos la fatiga.

- ¿Y como era el tío Hazar de pequeño?

- ¿Cómo era? Mmm, simplemente perfecto - sonrió - educado, responsable, dedicado, un poco travieso pero era imposible no amarlo.

- ¿Y ahora?

- ¿Qué?

- ¿Él cambio mucho?

- No... Hazar no ha cambiado, sigue siendo el mismo niño del que me siento orgullosa y eso, pase lo que pase, no va a cambiar... - respondió y Hazar pudo sentir un leve alivio en su corazón al oírlo, después de todo, hacia años que sólo recibía reproches de su madre y sermones, esperando que este pudiese cumplir sus expectativas.

- Siry - dijo él ya interrumpiendo.

- Tío Hazar. Tu mamá ya se va, debe descansar.

- Lo sé, pero tú tampoco haz dormido, deberías al menos intentar descansar un poco.

- Oh, está bien - respondió y el Diablo instintivamente la cargó en brazos.

Dafné no pudo evitar sorprenderse al ver esa actitud tan paterna y espontánea en él, lentamente se puso de pie dejando ver una sonrisa - Bien, entonces ya me marcho.

- ¿Te veré otra vez? - preguntó la pequeña.

- Claro, cuando visites a tu abuelo también ven a verme. Será un placer recibirte en mis aposentos - dijo mientras acariciaba gentil su cabeza.

- Está bien.

Dafné cruzó miradas con Hazar y murmuró - Estás dejando pasar un tiempo precioso de ser un buen padre, Hazar...

- ¿Lo dices porque estás pensando en la descendencia del Clan? - soltó algo fanfarrón.

- No, lo digo porque es algo que de verdad puede hacerte feliz... - respondió honesta y paciente.

Él enmudeció ante su expresión tranquila y Dafné continuó - Adiós, nos vemos - sonrió tranquila y se fue, como hacia mucho tiempo el Diablo no veía en ella.

- Tu mamá es una mujer muy hermosa, ustedes dos se parecen mucho - comentó Siry.

- ¿Por qué lo dices? ¿Por la apariencia?

- No, porque los dos parece que se enojan mucho y dicen cosas que no quieren decir, pero al final son igual de amables. Ella sólo quiere que seas feliz, es tu mamá, te quiere de verdad.

El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora