El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno

El camino de las Princesas : capítulo 11

El Ángel que bailaba con el Diablo: El camino de las Princesas 👑👑💕

👑Capítulo 11

- Si estás enojada conmigo, si no quieres verme más, sólo dilo, Siry... y no volveré a molestarte... - insistió Caled, su corazón ansioso se aceleraba a más no poder esperando una respuesta.

La princesa lo miró con un gesto apenado en sus ojos y respondió - Sí, estoy enojada, pero conmigo misma... Así que no tienes de qué preocuparte, no tengo motivos para odiarte...

- ¿Qué?... - se sorprendió - Entonces... ¿Todo está bien entre nosotros?

Ella sonrió con timidez y tocó con una mano el espacio a su lado en la banca en una clara señal de invitación a sentarse - Ven, Caled.

Los ojos del joven se iluminaron, un inmenso alivio lo invadió, podía sentir como la felicidad retornaba a su cuerpo de tal manera que provocó que su cola de león se agitase.
Emocionado, se acercó hacia ella y tomó asiento a su lado, una pequeña risa escapó de Siry - ¿De qué te ríes? - preguntó amable.

- Lo siento, no lo tomes a mal, pero me recuerdas a Zero, es muy gracioso como tu cola de león se mueve cuando estás feliz por algo.

- ¡¿Qué?! ¡¿Yo hago eso?! - se avergonzó pues era algo involuntario en él.

- Sí, siempre, me parece muy tierno - continuó - ¿De verdad te preocupaba que estuviese enojada?

- Claro que sí. Pusiste mucho énfasis en el hecho de que debíamos guardar el secreto... Por eso sentí que me odiarías al revelarlo...

- Nada más lejos de eso, Caled... - respondió y luego soltó un suspiro para decir en un tono más serio - En realidad creo que debería estar agradecida contigo...

- ¿Agradecida? ¿Por qué?

- Porque mi ignorancia no me dejaba ver que podía lastimar a alguien con esto... A veces olvido que la magia no es sólo hacer cosas bonitas y cambiar colores, también puede quitar vidas... Así que gracias, Caled, con lo que hiciste protegiste a mi madre... - reconoció con cierto pesimismo.

Él la observo y respondió - Te equivocas, tú eres la que la está protegiendo, Siry...

- ¿Eh?

- Yo sólo te di la posibilidad, si es que puedes llamarlo de ese modo, pero a partir de ahora la que hará todo el trabajo serás tú. Así que agradecete a ti misma, porque estás haciendo un gran sacrifico para cuidar a tu madre... - Ella se conmovió y desvió su mirada buscando ignorar esa emoción, Caled lo notó y preguntó - ¿De verdad estás bien?

- Sí, prometí que ya no lloraría por esto, todos me están apoyando, tengo que ser fuerte - respondió aún con su mirada desviada.

El joven podía reconocer cierta angustia en su voz así que, en busca de hacerla sentir mejor, se llenó de valor para tocar tímidamente la mano de ella que estaba sobre la banca, la princesa inmediatamente volteó - Llorar no te hace débil, Siry...

- ¿Qué?...

- No tiene nada de malo llorar, mi madre suele decir que llorar aliviana el peso de tu alma y con ello puedes volar más alto...

- Pero yo... - murmuró con lágrimas en sus ojos.

- Sólo déjalo salir, Siry... - insistió y la princesa lentamente se acercó hasta posar su frente en el hombro de él para dejar salir toda su angustia contenida, Caled percibía como sus lágrimas caían sobre su mano que aún no soltaba la de ella - Di todo lo que sientes... - continuó él.

- Estoy asustada, yo no sé vivir aquí... No quiero decepcionar a mi familia pero si no lo hago bien sólo causaré problemas, los demás demonios pensarán que la hija de Noré sólo es una princesa llorona... pero sobre todo temo pasar años sin ver a mi madre... quiero estar con ella, ya la extraño... - dijo en sollozos.