Promesas...: capítulo 4

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El Ángel que bailaba con el Diablo: Promesas...

🐚Capítulo 4

- ¿Qué? ¿Una humana?... - preguntó Mere.

- Así es - se acercó la mujer cubierta por una túnica negra - Si te ofreciese la posibilidad de ir entre mundos libremente, sin tener que preocuparte de no poder respirar, ¿aceptarías?

Mere lo pensó por un segundo, en silencio, y respondió - No...

- ¿Qué?... ¿Por qué?...

- Porque creo que sólo le causaría más problemas a él...

- ¿Problemas?... si de verdad te quiere no podrías ser un problema para él... ¿O no es así?

- ¿Qué?... - murmuró la pequeña y la sirena se sentó a su lado, ahora que la veía de cerca podía apreciar que la aleta de su tobillo se veía deteriorada.

- Me refiero a que un ser querido jamás sería una molestia... Pero si sientes temor de poder causarle problemas es porque temes que te deje de querer por ello... dudas de su afecto...

- Eso no es cierto - se molestó Mere - Yo sé que a Bastian le agrado, él deseó una esposa sirena así que-

- ¿Deseó? - la interrumpió - ¿Dices que el te quiere sólo por ser una sirena?... que amor más superficial...

La niña sintió un escalofrío recorrer su espalda - ¿Superficial?...

- Pequeña sirena, lamento romper tus ilusiones pero los seres muchas veces deseamos cosas estúpidamente sin ser conscientes de las consecuencias... y luego nos damos cuenta de que no estamos preparados para ello, nos arrepentimos de nuestros deseos...

- ¿Por qué dices eso?...

- Porque yo conozco perfectamente el arrepentimiento de pedir un deseo estúpido... - dijo, levantó su falda y enseñó su otra pierna que escondía bajo la misma, la aleta de ese tobillo se veía aún más deteriorada, casi consumida en su totalidad, Mere se impresionó al verlo - Hace muchos años me enamoré perdidamente de un hombre de la superficie... Él era un demonio que pertenecía a otro Reino, había llegado a este por pura casualidad pero cuando me conoció se quedó e iniciamos una vida juntos en la tierras de este Infierno. Las sirenas rara vez salen del agua y forman pareja con alguien que no sea un tritón así que comencé a ser vista a menos por mis pares, pero no me importó, si lo tenía a él nada más tenía valor... Un día me dijo que debía regresar a su lugar pero que vendría a verme apenas tuviese la oportunidad y así lo hizo, se iba y regresaba, a veces día de por medio, cada dos días, cada tres días... hasta que un día no regresó... Lo esperé y esperé pero él simplemente no volvió. La angustia en mi corazón creció debido a la preocupación, temí que algo le hubiese sucedido y de ser así, por no poder salir del Reino, yo no lo sabría jamás, y fue así como mi profundo amor me llevó a pedir el deseo más estúpido que podría haber imaginado... le pedí a una bruja del mar que me diese la habilidad de poder respirar en cualquier lugar...

- ¿Qué?... ¿Una bruja de mar?... - preguntó la niña y un recuerdo amargo la golpeó.

- Sí, ella me dijo que sólo había una manera de hacer algo así...

- ¿Cómo?...

- ¿Conoces la leyenda de las sirenas y las noches sin Luna?...

- ¿Te refieres a que si alguien devora el corazón de una sirena en una noche sin Luna se convierte en una?...

- ¿ Devorar? Eso es así cuando la otra parte no quiere entregar nada...

- ¿Entregar... nada?...

El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora