El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno

Una mentira por amor... (1ra parte)

El Ángel que bailaba con el Diablo:

💖 Una mentira por amor... (1ra parte)

Aquella noche en que se celebró la mayoría de edad de Luann, también una reunión de viejos amigos tuvo lugar y, ya que la aventura tras los pasos del unicornio había reflotado como tema de conversación, en un momento en que Aronis se ausentó de la mesa, Ratzi insistió para hablar sobre algo en profundidad...

- Oye, Bastian ¿En verdad Aronis y Nadhia volvieron a verse?

- ¿Eh? - se sorprendió mientras daba un bocado a su comida - Bueno... algo así - respondió.

- ¿Ah? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Se encontraron de nuevo o no?

- Oh, sí, ellos se encontraron, yo estuve presente - comentó Mere.

- ¿Tú también fuiste, Mere? - preguntó Siry.

- Sí, es una historia muy hermosa... pero Aronis nos pidió no hablar sobre eso, que fuese un secreto...

- ¿Un secreto? ¿Por qué? ¿Acaso sucedió algo malo? - continuó Ratzi.

- Pues...

- No - interrumpió Bastian - No sucedió nada malo, y de hecho creo que es una historia que merece ser contada, al menos a ustedes. Merecen conocer el verdadero corazón de Aronis.

- Entonces cuenta de una vez, ¿Cuando fue?

- Fue... - dijo y comenzó su relato.

Hace unos años atrás, cuando Aronis acababa de convertirse en un adulto, y superado exitosamente la prueba de su abuelo, el joven se encontró con que había cumplido con sus propias metas autoimpuestas, pero que, por estar tan absorto en ello, se había perdido de vivir otras experiencias normales, quizas, para los jóvenes de su edad, como por ejemplo: disfrutar de un primer amor.

Para ese entonces, Siry y Bastian, a pesar de tener sólo diecisiete años, ya parecían poseer relaciones estables y, al verlos con sus parejas, no podía evitar pensar en alguien en particular, en aquella niña llamada Nadhia.

Cada cierto tiempo el nombre de esa niña golpeaba su cabeza y, al recordar su dulce rostro y sonrisa, se preguntaba ¿Qué hubiese sucedido si regresaba a verla?, pero su nula experiencia para conquistar lo detenía, no podía siquiera imaginar qué decir en ese momento y eso lo llevó a pedir ayuda...

- Bastian... - lo nombró Aronis, luego de un entrenamiento de espadas, mientras Silver descansaba a su lado.

- ¿Sí?.

- Tú... ¿Me acompañarías?...

- ¿Eh? ¿De qué hablas?

- Me refiero a que... - dudó, ya nervioso - Si quisiera ir a ver a Nadhia ¿Tú me acompañarías?... - insistió.

Bastian se sorprendió, pero luego se emocionó al ver que su primo, aquel que parecía perfecto en todo, era capaz de pedirle un favor.

- ¡Claro que sí! ¿Cuando te he mentido? - sonrió - Siempre puedes contar conmigo, pero... No es como si fuese algo que no pudieses hacer solo... - deslizó, burlón, buscando molestarlo.

- Es... Es que reconozco mi falta de experiencia en el asunto, quiero que vengas conmigo por si requiero algún consejo al respecto - respondió con seriedad por sus nervios.

- ¿Por qué eres tan serio? Relájate, como sea, ¿Cuando nos vamos?

- ¿Se van a ir de viaje? - los sorprendió Mere, apareciendo detrás del dragón.

- ¡M-Mere! ¿Qué haces allí? - preguntó Bastian.

- Sólo venía a jugar con nuestro bebé Silver ¿No es así, mi pequeño plateado? - continuó ya hablándole al dragón y acariciando su cabeza. La bestia agitó su cola haciendo retumbar la tierra - ¿Y bien? ¿De qué hablaban? ¿Van a viajar? - continuó emocionándose.