El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno

El Origen de Zafira: capítulo 2

- ¿Qué dijo?... ¿Usted y mi madre tuvieron una relación?... - preguntó ella con su voz temblando.

- Sí... es decir, fuimos pareja hace muchos años pero-

- Usted... - dijo Zafira y se acercó más a él - ¡Usted es el extranjero que embarazó a mi madre y la abandonó! - exclamó ella subiendo su tono de voz.

- ¡¿Q-QUÉ?!

- ¡Por su culpa mi madre tuvo que casarse con ese hombre desgraciado! ¡La dejó expuesta ante todo el Clan! Por su culpa... por llevar sus ojos... yo... ¡Yo fui tratada como basura! - le reclamó nerviosa, la furia dentro de ella no la dejaban ordenar las palabras en su mente.

- ¡¿Qué?! - insistió sorprendido - ¡¿Embarazo?! ¿Pero de qué estás hablando? - se detuvo un segundo a mirar sus ojos y murmuró - ¿Acaso... tú y yo somos...?

- ¡Usted y yo no somos nada! - exclamó ella y salió corriendo por las calles presa de los nervios.

- ¡E-Espera! ¡Por favor!

- ¡Zafira! - gritó Vittorio dispuesto a seguirla pero el hombre lo detuvo.

- Espera ¿Tú eres su esposo? Por favor, si me permiten hablar con Jaide estoy seguro que todo se aclarará - le pidió de forma desesperada.

El Diablo pudo notar que Frederick estaba tan impactado como Zafira con aquella revelación, así que calmadamente respondió - Lo siento, pero eso no será posible, su madre murió hace muchos años...

- ¿Murió?... - murmuró sorprendido y terminó de ver como Vittorio se iba corriendo tras la joven.

Zafira corría sin detenerse, sentía deseos de huir, de repente todos los dolorosos recuerdos se agolparon en su cabeza. Ver a ese hombre, tener frente a ella a la persona culpable de que su padrastro la golpeara cada noche, de que su gente ignorara su pesar por ser diferente, era como reabrir sus heridas una tras otra.
Y, mientras maldecía en silencio, sintió como alguien la tomaba gentilmente del brazo - ¡Zafira! - la nombró Vittorio buscando sacarla de su conmoción.

- Vi...ttorio... - murmuró ella sorprendida de su propio accionar, no sabía ni donde estaba parada o cómo había llegado allí.

- Detente, si continúas corriendo de esa forma te harás daño...

Ella lo abrazó con fuerza mientras sentía como las lágrimas la ahogaban, él correspondió conteniendola y acariciando su cabeza.

- Tranquila...

- Vittorio... ¿Por qué?... ¿Por qué ahora?... justo cuando comenzaba a dejar todo atrás... ¿Por qué ese hombre tuvo que aparecer?...

- No lo sé... quizás es el destino, y no se puede evitar. Ahora calmate, respira... deshaogate conmigo...

Una vez que ella se calmó la llevó hasta un pequeño café cuyas mesas exteriores tenían una vista privilegiada del puerto. Zafira permaneció callada mientras sus ojos se perdían en aquel paisaje y Vittorio sólo acompañó su silencio sin presionarla, dejando que pensara tranquila sobre la situación.

- ¿Te gustaría que diéramos un paseo por el puerto?... - preguntó amable, sacándola de sus pensamientos.

- Sí...

Era un día ideal para hacerlo ya que no había pasajeros esperando abordar y unos pocos barcos estaban en el lugar, dando una vista privilegiada del mar.

- Vittorio... tú... ¿Pudiste ver bien a ese hombre?...

- Sí.

- ¿Y... qué crees?...