- No puede ser...- murmuró Bastian - la anciana lo tiene...
- ¿Qué sucede?... - le insistió la mujer a la bestia pero este comenzó a bufar mientras miraba hacia los arbustos - ¡¿Quien está ahí?! - exclamó la anciana motivada por el unicornio.
- Oh, no, nos atrapó... - murmuró Caled.
Agatha tomó su arma y apuntó en dirección hacia donde se escondían los pequeños - Sea quien sea le doy tres segundos para salir de lo contrario disparo... - advirtió amenazante.
- ¿Qué hacemos? - preguntó Ratzi.
- Uno...
- Si no salimos esa mujer de verdad disparará... - dijo Aronis.
- Dos...
Y en eso los pequeños se hicieron visibles.
- No puede ser... otra vez son ustedes, los niños de esta mañana... - suspiró sorprendida.
- Hola... señora... - dijo Bastian acercándose lentamente.
- ¿Pero qué están haciendo aquí? Esto es una locura...- en eso el unicornio nuevamente bufó, la mujer miró al animal y su rostro casi empalideció - ¿Qué?... ¿Ustedes... no son humanos?...- preguntó volviendo su vista a ellos.
Los niños se paralizaron - ¿Eh?... ¿Pero... como supo eso?...- indagó Caled.
- El unicornio se lo dijo - interrumpió Ratzi - ¿No es así? ¿Usted se comunica con él? - dedujo al observar el lenguaje corporal de la bestia y la mujer, la conexión en sus miradas.
Agatha entre cerró sus ojos y con un gesto resignado continuó - Vengan conmigo, siganme, este no es un buen lugar para hablar... - dijo e ingresó a la cueva oculta tras las enredaderas de donde se había asomado el unicornio, él también la siguió.
Los pequeños se miraron entre sí y decidieron entrar tras ella. Al principio el camino era obscuro, casi no podían verse el uno al otro pero, de repente, el unicornio iluminó su cuerno y alumbró su paso con una hermosa luz azulada.
- Increíble... - susurró Bastian y al avanzar se dieron con que al final de la cueva había un círculo rodeado de enormes piedras, parecían tener extraños símbolos pero las grietas en ellas no dejaban verlos claramente.
- ¿En donde estamos?... - preguntó Aronis al mirar a su alrededor y una voz masculina respondió:
- Estamos en un umbral.
- ¡¿Quien dijo eso?! - continuó Caled buscando el origen de la voz.
- Fui yo, estoy frente a ustedes - insistió y los pequeños se dieron cuenta que era el unicornio - Lamento sorprenderlos, la energía de este lugar me permite hablar telepaticamente con ustedes, pero fuera de aquí sólo puedo hablar con Agatha, de lo contrario debería usar mucha magia para poder hablarles...
- ¿Quién eres?...- preguntó Bastian.
- Mi nombre es Xurión.
- ¿Esa es tu verdadera apariencia?
- Así es, soy un unicornio.
- ¿Y ustedes? - interrumpió la mujer - ¿Quienes son en realidad?
- ¿Ya no nos disparará verdad? - preguntó Ratzi.
- No, no soy tan terrible como parezco - sonrió con burla - Jamás le dispararía a un niño.
- Oh, bueno... entonces... somos demonios - respondió Bastian.
- ¿Demonios?...
- Sí, vinimos del Inframundo ó Infierno, depende de como lo llamen ustedes... - continuó y desvaneció su apariencia humana, sus amigos imitaron su acción.
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El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno
FantasíaDespués de los hechos de la primera parte, Noré continúa amando en secreto a Anaciel, haciéndole compañía en su forma de ave cada vez que ella bajaba al mundo humano, esperando así el momento indicado para aparecer nuevamente ante ella. Pero todo se...