Kalir: Capítulo 4

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- ¿Podría tratar de explicarnos qué ocurrió señorita? - preguntó Ratjá a la pequeña luego de hacerla tomar asiento en el sillón de la sala.

- Estábamos en mi casa con mi mamá, pero de repente papá entró y nos dijo que teníamos que huir rápido... no entendíamos qué pasaba pero lo seguimos a toda prisa nadando, nos dirigiamos a la superficie cuando nos dimos cuenta que unos monstruos marinos nos seguían...

- ¿Monstruos marinos? - preguntó Kalir sentado a su lado.

- Si, eran grandes, con dientes y garras filosas... papá se quedó a enfrentarlos y le pidió a mamá que me sacara del agua. Ella obedeció y me trajo hasta la orilla... me dijo que viniese contigo, que ellos volverían por mi y regresó al agua a ayudar a papá... yo la esperé un rato en la orilla pero ninguno salió... comencé a escuchar ruidos entre los árboles cercanos... me asusté y vine corriendo hasta aquí...

- ¿Y esa herida en tu rodilla? - preguntó el pequeño señalando su piena.

- Me caí mientras corría...

- Ya veo...

- No sé dónde están mis papás, Kalir... - sollozó - dijeron que vendrían por mi y aún no aparecen...

- Tranquila Firinea, los encontraremos. ¿Ya llamaste a mi hermano, Ratjá?

- Sí Señor, el Señor Loxur ya se enteró de la situación y está en camino

- Bien, confía en nosotros Firinea, todo va a estar bien.

Ella asintió con la cabeza.

- Será mejor que descanse señorita.

- Sí, ven, te llevaré a mi habitación, allí podrás descansar - ofreció Kalir.

- Está bien... - respondió ella y se puso de pie pero demostró dificultad al caminar.

- ¿Te duele la pierna? - preguntó el pequeño.

- Sí, un poco...

- Permítame ayudarla señorita.

- Yo lo haré - reaccionó Kalir y la cargó en brazos - Tu quédate aquí y espera a mi hermano, Ratjá...

- Como ordene Señor - respondió el sirviente y vio como el pequeño subía las escaleras con Firinea en brazos.

Ratjá estaba sorprendido por su seria pero caballerosa actitud, sin duda estaba muy preocupado por la pequeña sirena y el destino de los padres de esta.

Al llegar a la habitación la dejó sobre la enorme cama

- ¿Puedes curarte esa herida? - preguntó al ver que aun le molestaba.

Ella lo negó con su cabeza - Las sirenas no podemos sanarnos a nosotras mismas... si queremos sanar rápido debemos estar en el mar...

- ¿En el mar?, pero ahora no puedo llevarte allí... espera aquí, ya regreso - dijo y salió de la habitación.

En ese momento llegó Loxur

- Bienvenido Señor Loxur - lo recibió Ratjá.

- Ratjá, quiero detalles de la situación - pidió Loxur.

- La señorita dice que fueron atacados por bestias marinas.

- ¿Bestias marinas?

- Así es, al parecer su padre quedó luchando con ellas en el mar mientras que su madre la trajo a la orilla, pero esta regresó a buscar a su esposo con la promesa de que vendría luego por la señorita, pero no hay rastros de ellos.

El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora