Capítulo 5

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- ¡¿Zarasel es tu hermano?! - dijo sorprendido Noré.

- Sí, así es. Disculpa, pensé que te lo había dicho antes...- respondió Anaciel.

- No, no lo sabía. Tampoco lo hubiese imaginado. Son muy diferentes...

- Sí... sé que Zarasel puede ser rudo, pero es un buen hermano. Tener que ser un guardián no ha sido fácil para él...

- ¿A qué te refieres?

- Él es mi hermano mayor, el único que tengo, siempre fuimos muy unidos, lo compartíamos todo. De muy joven demostró ser un habilidoso guerrero y cuando los arcángeles lo descubrieron lo llevaron a un Palacio para prepararlo y que sea un Guardián Divino, así que repentinamente nos separaron... Cada tanto el venía a visitarnos, yo lo extrañaba mucho, pero decía que no podía oponerse a las decisiones de los arcángeles, su voluntad es absoluta.
Cuando nos encontrábamos en público ni siquiera podía tratarlo como a un igual, debía dirigirme a él como mi superior, eso me llevó tiempo entenderlo, ya no podía ser afectuosa con él...
Cuando el oráculo me designó como sucesora yo era muy pequeña y mi hermano abogó para que creciese con mis padres el mayor tiempo posible y no tuviese que ser separada de ellos como le ocurrió a él, diciendo que se haría cargo de mi seguridad. Ahí fue cuando entendí que su amor por mi seguía intacto, hasta que llegó el momento en que no pudo aplazarlo más y fui llevada al palacio.
Me sentía muy sola ahí dentro, que tuviésemos que tratarnos con tanta distancia pese a que nuestras miradas decían otra cosa era muy triste. De seguro está muy preocupado por mi en estos momentos...- dijo ella y entristeció su mirada.

- No te preocupes, aunque creo que él me detesta, le prometí que te sacaría de aquí... no estoy seguro de que confíe en mi palabra, pero así será.

- Entiendo...

- No estés triste... te mostraré algo que quizás te guste - dijo Noré mientras se ponía de pie y caminaba en dirección a un hermoso piano blanco que estaba en la esquina del salón.

Tomó asiento y con sus propias manos interpretó una simple pero hermosa melodía.

Sonata de un Diablo para un Ángel 🎶

Anaciel sonrió impresionada.

- ¿Te gustó? - preguntó él.

- Sí, fue muy hermosa.

- La hice para ti.

- ¿Para mi? , ¿Sabes hacer música? - preguntó ella mientras se acercaba más.

- Aún no del todo, es algo complejo, pero aprenderé a hacer cualquier cosa que te haga felíz - dijo con una sonrisa.

- Noré... siempre eres tan gentil...- agradeció ella mientras lo abrazaba por detrás y le daba un tierno beso en la mejilla.

En medio de esa atmósfera romántica, ninguno de los dos podía imaginar que estaban siendo espiados desde afuera por un diminuto sirviente de Hazar.
Aquel Diablo, desde la intimidad de su habitación en el Segundo Reino, podía ver a través de una bola de cristal todo lo que los ojos de ese demonio alcanzaban.
Y allí estaba ella, verla amar a Noré de esa forma lo hería profundamente, podía sentir como el fuego de los celos ardía en su pecho.
Mientras bebía una copa de sangre, Hazar comenzaba a perderse en sus recuerdos. Profundas memorias que había intentado con desesperación olvidar, de aquellos días en que conoció a Anna...

El Ángel que bailaba con el Diablo 2: Recuerdos en el Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora