Capítulo 2

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Jane...

Los ojos de Stephanie me siguen y se me quedan viendo fijamente al entrar al apartamento. Sus cejas claritas se levantaron intrigadas y le puse una mala cara antes de cubrir mi cara con su cojín favorito y lanzarme en su sexy sofa.

Han pasado dos semanas y me propuse hacer la tarea que Gina me impuso — hacer amistad con la italiana  — . Y bueno me ha ido bien, la chica y yo hemos compaginado bien y me hace sentir...bien, adula lo que me pongo, elogia mi cabello y cuando salgo a buscar trabajo me echa todas las vibras positivas.

Más que mi mamá, que no deja de reprocharme el error que cometí las veces que puede, ya dudo en llamarla porque si no es para decirme que me ponga la chaqueta naranja esa horrible que le prestó mi tía, lo hace para recordarme que todo el tiempo que tuvo la razón.

En cambio mi padre me aconseja que tenga cuidado cuando este en la calle y me lleve siempre la medallita de la virgen para que proteja...también me abrigue los pies, y que no me subo a carro de un extraño.

Mi estadía en España ha sido llevadera gracias a ella, le conté lo que me había sucedido y nuestro vinculo ha sido mas que saludos y miradas silenciosas e incomodas.

—Por la cara que acabas de ponerme, tengo la intuición que no te fue bien.

Me gustaba su acento, habla muy bien español pero no ha perdido su timbrecito italiano.

—Intuyes bien.

—Vamos, no puede ser posible que no te hayan aceptado — sonó incrédula y la sentí a mi lado.

—No ha sido fácil.

—Nada en este mundo lo es — me quitó el cojín y se sentó en la orillita de su sofá — . Pero no pierdas el animo.

—Se que no, pero...me desespera.

—Deberíamos salir — propuso de repente y mi yo asocial comienza a emerger — . Necesitas un descanso jane. Desde que llegaste no has parado y a veces mucho de algo no es bueno.

Fruncí las cejas.

No sé por qué que siento que ya he oído esa frase.

—¿Te gustaría ir a ver una banda en vivo?

—¿Banda?

—Sii — chilló entusiasmada — . Mientras tocan podemos beber un rato, hablar, pasarla bien. Vamos.

—A mi no me gusta salir —confesé apenada.

—Eres joven ¿Cómo no te gusta salir?

—Cuerpo de joven pero con alma de vieja —la miré con cansancio — . Si quieres ve tu y diviértete.

—¿Y que hacías para divertirte en Venezuela?

Me le quedé mirando y consideré si decirle que mi forma de gozar la vida es : escuchar música mientras limpio y cocino, ver programas de asesinos, películas, revisar Facebook, Instagram, dormir y... Lo que más me divierte es ver el campeonato de fórmula 1, el cual espero cada fin de semana.

Salir al cine de vez en cuando y al centro comercial a mirar las vitrinas.

Jamás he ido a un bar y menos a una discoteca porque no me gustan y me agobian, soy más de estar en casita.

—Suena divertido — la miré poco convincente — . En serio, pero esto también te resultará divertido y te va a ayudar a distraer tu mente.

Tomó mi mano y haló mi brazo.

—Mira si no te gusta nos devolvemos enseguida — garantizó —. Te lo prometo.

Suspiré y la miré pensativa. Quizás tenga razón, quizás salir me despeje los pensamientos tanto como una carrera de fórmula 1.

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