Capitulo 33

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Janette...

Recorrimos la cuidad entera. Escuchamos música en todo el trayecto y luego ingresamos a un Kareoke. ¡Un Kareoke! No me había percatado que era un lugar de esos hasta que, en una pared, ví un anuncio hecho con bombillas fluorescente color verde.

Los nervios invadieron mi sistema y desee no haber aceptado la invitación de Zequi. Estábamos a punto de pasar a la tarima y yo quería desaparecer. Después de la pareja que estaba cantando - borracha por cierto - íbamos nosotros y no he encontrado ninguna pretexto huir de esta pesadilla.

Una cosa es haber cantado en casa y otra es un establecimiento público.

—Zequi —supliqué viendo que ya está por terminar la pareja borracha. Mi corazón estaba mil y en cualquier momento voy a morir.

—Relájate Jul, la mayoría ya están borrachos. Mira por ti misma — se echó hacia atrás para que pudiera ver pero yo no veía a ninguno. Todos parecía mas sobrios que nunca — , cantes bien o mal a nadie le importará. Este es un lugar para pasarla majo.

Mordí mi labio ansiosa y sentí que mi cuerpo se congela cuando es nuestro turno.

Zequi me llevó arrastrada hasta el escenario. Mis amenazas de aplicarle la ley de hielo o que dormiré en el sofá no funcionaron. Nada de lo que diga impedirá que cante delante de toda estas personas.

—¿Cuál escogemos? —dije tomando el micrófono, mirándome muy animado.

Miré hacia el público y luego a él.

—Sabes que no me sé muchas canciones.

—¿One Last time de Ariana grande? —levantó las cejas —. ¿La recuerdas?

Negué aterrada y se echó a reír. Despareció de mi vista para ir a colocar la canción y volvió a para movilizarme — en contra de mi voluntad —al centro del escenario.

—Un aplauso para Zequi y Juliet — hubieron algunos aplausos y entonces la canción comenzó. Detrás de mi había una pantalla de televisor enorme, dónde mostraba el título de la canción con la imagen de la artista.

Al principio me quedé en silencio, paralizada de miedo, viendo cómo todas esas miradas extrañas recaían sobre nosotros.

Zequi cantaba sin problemas y me amino para que empezara a cantar. Tenía el micrófono en la mano y miré la pantalla nuevamente con dudas. Luego bajé la vista al sentir un calidez envolvente. Su mano estaba alrededor de la mía y su dedo pulgar acariciaba mi piel, dándome la tranquilidad que necesito.

Regresé mi mirada y me acerqué el micrófono a la boca con menos miedo, sin embargo mi cuerpo temblaba.

Apreté los ojos y con el corazón palpitando en mis oídos empecé a cantar a la par.

Cuando mi voz se integró a la suya, pensé que no iba a poder pero luego de escuchar como el público exclamó enloquecido entre aplausos y silbidos. La tensión sobre mi cuerpo fue desapareciendo hasta que pude cantar junto a Zequi sin ningún temor.

Pero todavía seguía temblando.

La gente parecía encantada y no dejaban de expresárnoslo con sus miradas positivas y sonrisas. Por un momento creí que lo estaba haciendo horrible pero luego de ver el gesto encantado de Zequi sobre mi, supe que todo marchaba bien.

En toda la canción mantuvimos muestras miradas conectadas. Me encantaba porque me hacía sentir mucho más segura. Su mirada te brindaba seguridad, serenidad. Nadie me había hecho experimentar algo parecido y no creo que encuentre otra persona que te haga sentir...cómodo.

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