Capitulo 41

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Janette...

Simón y Matteo no tardaron en indagar. He estado pasándola mal desde esta mañana y no he podido concentrarme. Varios clientes se han quejado y Tamara también. Me preguntó que me sucedía y le dije que solo estaba distraída pero que no iba a pasar.

Me encontraba limpiando los baños, ya que  no podía hacer nada y estaba siendo un peligro para los clientes del local. Tamara me asignó que lavara los baños y siento que fue la mejor decisión porque así podré llorar un poco mientras nadie me ve.

Los tres nos sentamos en el muro largo de los lavamanos. Les estaba contando la razón de mi verdadera distracción y ellos no quitaron su atención de mi mientras hablaba.

Les conté todo. Tenía que de alguna manera sacarme esa espina que me atravesaba el corazón. Lloré desahogándome y ellos me abrazaron hasta que me sentí mejor.

—¿Esta es tu primera relación Benavides? — preguntó Matteo.

Suspiré y me aparté las lágrimas, lo miré cuando chistó los dientes con preocupación.

—Tienes que terminar esa relación antes que acabe contigo— me dijo simón y sentí un hueco profundo en el estomago —. Te lo digo por experiencia propia. Mi primera relación fue un desastre y me ocurrió lo mismo que a ti, ella había pasado por una ruptura y no tardó en tener una relación conmigo, si me hubiesen dicho que eso no se debe hacer hubiese esperado un poco mas, era un inexperto y yo no sabia que no se debía hacer, y la situación era la misma, estábamos juntos la pasábamos bien pero cada vez que el ex aparecía ella desaparecía, lo acepté porque la amaba mucho y me confié en su palabras, en su amor, pero eso no era amor ella solo estaba llenando el vacío que le dejó aquel chico. 

Matteo colocó una mano en su hombro y yo apreté su mano para consolarlo.

Su voz salía quebrada y sus ojos se cristalizaron.

—Quedé con el corazón destrozado —apreté los labios con pesar, podía verse que aun le dolía — .Nadie me lo advirtió y creí que con mi cariño lograría ayudarla, pero es mentira, uno no es centro de rehabilitación de nadie. Esas personas así, que sufrieron una ruptura fuerte tienen que sanar primero antes de empezar una relación nueva y eso tiene hacer Ezequiel. Sanar. Ir a terapia y le ayuden superar todo eso que le atormenta, cuando el haya sanado por completo, tanto de mente como de corazón, pueden continuar. 

Asentí y esas palabras quedaron grabadas el resto del día. Terminé la labor que Tamara me impuso y salí del trabajo unos minutos antes de lo habitual. Me dolía la espalda y mis manos ardían. Aprecio y respeto el trabajo del equipo de limpieza. Dios. No es nada sencillo.

En el estacionamiento me estaba esperando Zequi. Mi corazón se aceleró y en ese momento recordé las palabras que tuve con Matteo y simón. Me acerqué con pasos lentos y sin el mismo entusiasmo de siempre. Él levantó la cabeza y tragó despacio cuando su mirada y la mía se conectaron. Me observó por un momento y después me envolvió en sus brazos. 

—Discúlpame jul —dijo apretándome a su cuerpo —. Estoy jodido y no quiero seguir lastimándote.

—Lo sé zequi —cerré los ojos — .Lo mejor es darle una solución a esto.

Su cuerpo se tensó y sus brazos perdieron la fuerza pero no me soltó y me mantuvo envuelta en un abrazo que no parecía tener fin.

Escondió su rostro en mi cuello y escuché cortos sollozos.

—Zequi —lo apreté con fuerza antes de quebrarme. Ni siquiera habíamos dicho una palabra pero ya lo sabíamos todo.

No sé cuánto duramos abrazados hasta que la lluvia nos hizo separar. 

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