Capítulo 13

836 80 26
                                    


Jane...

Bajé cuando me percaté que los chicos estaban tardando demasiado y porque tenía miedo estar tanto tiempo sola.

En el buró de la cocina habían pequeños y llamativos brownies sobre una bandeja de plata. La boca se me hizo agua y no pude resistir la tentación, tomé uno y me lo comí en tres mordidas. Cómo estaban deliciosos me comí otro y volví a la terraza.

A los minutos apareció stef con la bandeja. Tenía una expresión de confusión en el rostro y contaba lo que llevaba en la mesa.

—Estaba segura que habían cinco — murmuró.

—¿Que?

—Tenia cinco brownies en la bandeja, fui a buscar algo en mi habitación y...— se interrumpió de golpe y levantó la mirada asustada, alejó la bandeja y me aferró cuando me agarró repentinamente de los hombros —. Por favor dime qué no fuiste tú qué te los comiste.

—Eh...

—Jane.

—Perdón, perdón — admití y se llevó ambas manos a la cara — . Me provocaron se que no debí agarrar ninguno sin consultarte pero no resistí. Me encanta los brownies.

—Oh, Jane — pensé que se molestaría y después empezó a reír de una manera dulce.

La miraba sin comprender pensé que me reclamaría o soltería palabras en Italiano, pero no ella me abrazó y me confesó reprimiendo sus labios lo que contenían los brownies.

—Mari... — me llevé ambas manos a la cabeza —. ¿Por qué no me advertiste? — Exclamé asustada.

—Pensé que los conocias — se cubrió la boca —. Y te comiste dos.

Me enrollé las manos alrededor de la garganta y empecé a reír asustada.

— ¿Alguna vez te has drogado?

—No, jamás.

—Joder.

—¿Que hago?

—Ya no puedes hacer nada — la miré aterrada, su mano cayó en mi hombro —. Solo esperar que pase el efecto y no te preocupes, no te morirás. Te sentirás en otra onda.

Ezequiel regresó y nos miró a ambas, su ceño se frunció cuando clavó su mirada directo en mi, parecía enojado y sus ojos azules me miraban con rencor.

¿Por qué?

Stef también lo notó y me hizo señas como si yo supiera algo.

—¿Que hacen? — preguntó seco.

Wo este no es el Zequi que se fue hace unos minutos.

—Jane comió Mari — mis mejillas se entumecieron —, por error, no sabía que los brownies contenia.

Inmediatamente su semblante cambio y aquella mirada de rencor desapareció. Se acercó hasta mi y me tocó la frente con su mano.

—¿Cuantos se comió?

—Dos.

—¿Acaso no conocías lo de los brownies? — negué inocente.

—Yo creí que eran esos normal que venden en las panaderías y como soy una lambucia me comi dos — esbozó una sonrisa —. Eres un desastre Juliet.

—Jane — corregí incomprendida —. ¿Por qué te cuesta tanto recordarlo?

Subió y bajó los hombros como respuesta, volvió a pasar las manos por mi cara y por mi frente.

Antes de irte| Completa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora