Extra 2

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Zequi...

Estaba en el estudio grabando nuestra próxima canción, mi teléfono no dejaba de vibrar dentro de mi pantalón y tuve que interrumpir la grabación para responder. Estaba molesto y contesté de mala manera. Llevamos horas intentando que la canción saliera bien y ninguno ha podido concentrarse. Si no era Spencer, era Samuel o yo, algo  ocurría. Es que el ambiente estaba como extraño.

—Zequi —era la voz angustiada de Candela. 

Mi respiración se detuvo.

—Candela..

—Es janet — mi sangre se congeló —acaba de romper fuente.

Cerré los ojos.

La cabeza me dio vueltas y sentí un nudo en el estomago.

—Ya-ya —apenas encontraba mi voz —. ¿tan rápido?

—¿Nueve meses no es suficiente?— me llevé una mano al pecho —. ¿Estáis muy ocupado? ella no ha dejado de llamarte.

—Estoy saliendo para allá — ingresé al estudio de nuevo y agarré mi chaqueta, los chicos me preguntaron que ocurrió y con torpes palabras le confesé que mi july estaba dando a luz o eso creí, bueno no lo sé.

Tengo que llegar rápido ella me necesita y quiero estar a su lado cada minutos.

Las manos me temblaban por la conmoción. Un manojo de nervios invadía mi sistema de pies a cabeza. Casi no me podía concentrar en el manejo. Pensaba en ella y en el bebé. Los siguientes meses Jul tuvo un embarazo delicado y debía tener mucho reposo. Así que para que no tuviera riesgos decidimos que lo mejor era quedarse hasta que tuviera a nuestro bebé.

Aparqué el carro y salí como una flecha de este. El corazón me va a reventar. Ingresé al quirófano luego que la enfermera me indicara lo que debía ponerme. Pasé despacio al ver tantos doctores dentro del misma habitación.

Saludé cordial y me acerqué a mi chica. Sus ojos se llamaron de alivio al verme. Sentí mi alma romperse. Nunca la había visto tan asustada.

—Tranquila— le dije besando su frente.

—Tengo miedo Zequi — sollozaba — .Quédate conmigo.

—No es conveniente que esté aquí — indicó el médico.

—Por favor doctor— suplicó su voz.

—Lo lamento joven pero él debe irse — Jul negó desesperada y me miró para que hiciera algo pero yo allí no podía intervenir aunque lo quisiera. Eran indicaciones médicas.

Antes de dejar el quirófano, la abracé. Ella me respondió con mucha fuerza y sentí algo extraño recorrer mi cuerpo. Cuando salí del quirófano la sensación no me dejaba. Había un nudo en la garganta y las ganas de llorar se hacían cada vez mas intenso.

Los demás llegaron y hemos estado esperando desde hace más de una hora. Tengo el cabello revuelto, las manos me sudan. La ansiedad, la incertidumbre y la desesperación me asfixia.

Fui a fuera a darme un respiro. Había demasiada tensión que tenia liberar. El abrazo de Jul me dejó preocupado y pensativo. Era como si.... ¡No joder!

Ingresé de nuevo al hospital corriendo. Le comenté a Candela lo que había experimentado con ese abrazo de July y ella no me respondió nada. Primera vez que no dice nada. Me dijo que fuéramos a la pequeña capilla a rezar por ella.

Las lágrimas no tardaron en empañar mis ojos. Me costaba respirar. Fuimos a la capilla y entre todo rezamos por la salud de ambos.

Yo no paraba de llorar. El miedo recorría cada partícula de mi cuerpo.

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