Capitulo 21

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Jane...

Celeste me mandó una mirada de advertencia. Creo que sí tuviera un arma en este momento me aniquilaria sin dudarlo, porque después de cumplir mi reto — aclaro que no se cómo saqué las agallas para cumpliro — ella cambió de semblante, la dulce chica dorada se desintegró por completo y ahora parece querer matarme.

Rasqué mi cabeza dudosa y miré la taza de canela en polvo que ya Miguel había deducido iba a elegir porque me estaba tardando. Intercambie mi mirada con stef y ella me hizo una seña muy clara, la cual entendí de inmediato.

Juro que si no estuviera celeste, juro que besaría a Zequi sin dudar pero no quiero problemas con ella. No la conozco y puede que sea un angelito pero acaba de mostrame los cachos rojos.

Y es mejor evitar, no sé cómo son las españolas teniendo las de enemiga.

—Bueno — froté mis manos, todos me miraban expectantes —. Elijo el beso.

No tenía más opción, odio la canela y soy alérgica a ella.

—¿A quien?

Giré mi tronco, miré a Jacob que parecía pensativo y lo tomé del cuello de la camisa. Sus ojos grandes verdes se abrieron sorprendidos y sin meditarlo junté sus labios con los míos.

—¡Eso dolcezza! — exclamó eufórica stef mientras los demás silbaban.

Solo pegué mis labios unos segundos y me separé de inmediato — como la gran inexperta que soy — miré a Jacob con inmensa vergüenza y arreglé su camisa que habla arrugado con mis puños.

Él estaba con la boca entre abierta, sus ojos fijos en mi. Parecía que estar en otro planeta porque apenas volvió a tierra colocó ambas manos en mi cuello y me besó.

—Oleeee — gritaron los chicos eufóricos.

Me apartó después de besarme, mordió su labio inferior y cruzó su brazo sobre mis hombros haciendo una inclinación como si quisiera volver a besarme pero no, lo que hizo fue prensar sus dedos en mi barbilla y darme un corto beso en la mejilla.

Le sonreí amigable, estaba perpleja, mi corazón no dejaba de latir pero por el momento, no por algo más, porque el beso — aunque fueron son la presión de nuestros labios — no sentí nada, solo eso una presión dulce y suave.

—Sigamos, sigamos — animó Adrián eufórico.

Me giré de frente otra vez y noté que Zequi ya no estaba al lado de su novia. Fruncí el ceño buscándolo con la mirada.

¿Qué se hizo?

Jugamos un rato más en dónde las fichas solo tenía retos de decir la verdad. Después del beso la botella se volvió mi enemiga y no volvió a apuntarme. Otra ronda de cervezas. Yo con la que tenía, una y media me estaba sintiendo mareada.

Era la hora de cantar cumpleaños. Todos preguntaron por Ezequiel y él vino aparecer cuando ya me habían cantado.

Estuve esperando su abrazo de felicitación pero tal momento no llegó. Él estaba cambiado después que regresó de su dormitorio. Parecía enojado y no dejaba de lanzarme miradas como de rencor.

Stef sacó más fotos, hubo en grupo y después individual. Ya estaba incómoda con la actitud repentina de él que no fui capaz de acercarme para pedirle que se tomara foto conmigo. Además de que su novia ya me lo había advertido.

Volvimos al sofá, todos comiendo su correspondiente torta, luego escuchar a Spencer y Samuel contar sus travesuras cuando eran más jóvenes ellos se marcharon.

Me despedí de todos con un abrazo. Quería que se quedaran. Me daba miedo que les fuera a suceder algo mientras conducían pero la única que no bebió mucho fue stef y ella se iba a encargar de llevarlos.

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