Capítulo 19

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Disculpen las faltas ortográficas🙈 lo corregiré.

Gracias por leer y disfruten. Dejen comentario me hace feliz.

Jane...

Llegamos al parque y por increíble que parezca Zequi manejó prudentemente cómo lo desee aunque no dije una sola palabra. Cómo entres ocasiones o más  lo miraba y él solo se reía como si lo disfrutara. Es que  tenia la certeza que en cualquier momento pisaría el pedal y saldríamos como un carro de fórmula uno.

Que por cierto estuvimos hablando mucho del tema y me encantó.

Compartimos pensamientos, opiniones, desacuerdos de los autos y de los pilotos. Ambos no estuvimos el mismo pensamiento con la acción que tuvo max verstappen contra checo Pérez —quien gracias a él fue campeón el año pasado — en el gran primero México, quién de una forma muy arrogante no cedió el paso al mexicano.

Todo el mundo estuvo en desacuerdo, no solo porque traicionó a su supuesto amigo, si no porque desobedeció una orden de equipo y esta los perjudicó, porque si no hubiese hecho esa acción tan inmadura, RedBull hubiese tenido el campeonato completo.

También comentamos las malas estrategias de Ferrari dónde está mi querido charles Letcrer y la mala temporada de gasly.

Me sentí tan a gusto hablando con Zequi de algo que he amado durante toda vida y que ambos compartimos la misma pasión.

Me confesó que el año pasado había ido al circuito de Madrid y admito que sentí envidia al escucharlo. Mientras me decía como había sido, me dije a mi misma que yo también lo lograría.

Ingresamos al parque, habían como tres niños y tuve que intervenir porque zequi empezó a pelear uno de los niños que no lo dejan subir al pájaro.

—¿Y tu no eres demasiado viejo para subiros aquí?

—Zaqui, déjalo.

—¿Y tu no eres demasiado grande para chuparte el dedo? — refutó, el niño se sacó el dedo de inmediato —. Ahora bájate de aquí.

—Zequi.

—No — Zequi miro alrededor y sonrió astuto.

—¿Quieres un helado? — me metió las manos al bolsillo y saco varios billetes, euros — . Puedes comprarte el quieras el más grande si te apetece, a cambio que nos dejes subir al pájaro.

El niño miró el dinero y luego a nosotros
.Zequi agitó los billetes para entusiasmarlo.

—¿Helado con este frío?

—Has lo que quieras con él, solo bájate y ya. Y no le digas a tu mamá porque le digo que me lo robaste.

—Pero yo llegué primero.

—Si pero yo lo quiero.

—No.

—Niño — dijo irritado —. Con este dinero puedes comprarte todo lo que quieras. Anda. Tómalo.

El niño miró tentativo el dinero que abanicaba.

—¡Bien! — Zequi le sonrió victorioso y luego me dió la mano para que pudiera subir al pájaro, cuando quedamos solos.

—Que poca dignidad tiene ese niño—comenté.

—Si me dieran toda esa cantidad de dinero, no lo dudaría ni un segundo — negué con una sonrisa para nada sorprendida—. ¿Por cierto te apetece uno? Sé que él clima no está óptimo pero a mí da igual, me gusta el helado en cualquier condición.

Reí, sorprendida.

—Pensé que era la única que le gustaba el helado en cualquier circunstancia — no pude evitar decir.

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