Capítulo 11

888 99 52
                                    


Jane...

Lo miré perpleja. Mis manos estaban en mi boca. Me quedé en blanco y no podía moverme un momento.

—No puedo creer que me hayas besado — dije al fin  —. Entonces no estabas tan borracho. Estabas consiente.

Me miró unos instantes y pensé que respondería mi pregunta, pero dijo otra cosa distinta que me dejó helada.

—Tu también estabas consiente esa noche y no hiciste nada para impedirlo — mi quijada casi se sale de su puesto —. Dejaste que te besara.

—¿Qué yo te dejé que me besaras? — repetí incrédula.

—Y no hiciste nada para impedirlo — señaló y mis cejas se elevaron impresionadas.

—¿Qué?

—Pudiste empujarme, pegarme, gritarme. Sabías que estaba borracho y no me detuviste, dejaste que lo hiciera.

Mi quijada tembló.

—Tu estabas consiente, sabías lo que estabas haciendo.

—Tu también.

—Yo no tenían idea que me ibas besar.

—Pero pudiste detenerme — repitió —. Y dejaste que lo hiciera.

Sacudí la cabeza incomprendida.

—¿Y por qué no lo hiciste tú? ¿Quién iba a besar a quien? — evadió mi mirada, noté como sus músculos se tensaron —. Además ¿Por qué me besaste si tenías novia?

—Mi novia y yo teníamos una relación abierta y ella me contó que se había acostado con tipo de su universidad...

—¿Relación abierta? — repetí, se cortó así mismo — . ¿Y tienes el descaro de decir que pude hacer algo para impedir el beso? Eres un cínico.

Bajé de la terraza furiosa y tomé las escaleras. Escuchaba sus pasos muy cerca de mi. Me llamó varias veces pero no me detuve, salí del edificio sintiendo que en cualquier momento va a alcanzarme.

Crucé los brazos debajo de mi pecho cuando lo hizo. Me regañé a mi misma por no correr más rápido. Zequi me acorraló contra un callejón y colocó ambas manos en mis hombros. La gente que transitaba por allí, voltearon a mirarnos curiosos.

—Juliet.

—Soy Jane —hizo una mueca.

—Nunca te ha disgustado que te diga Juliet.

—Pero ahora sí me molesta.

—Vamos Juliet.

—Jane.

—Ju...— lo miré sería —, Cómo sea. Por favor discúlpame. Sé que no debí descargar mi frustración contigo pero yo estaba muy mal. Mi chica me ha estado engañando y se inventó toda esta mierda de la relación abierta para tapar su infidelidad. Yo creía ciegamente en ella a pesar de eso pero igual lo hizo y yo...

—Me besaste por despecho — hundió los labios y asintió apenado luego de un corto silencio mirándonos a los ojos.

—Por favor discúlpame.

—Y me echaste la culpa — le reclamé, aparté sus manos de mis hombros.

—Joder, perdón.

—Eres...— salí del callejón.

—¿A dónde vas? — no contesté, apresuré los pasos — . Juliet.

—Chao...Ezequiel.

Gruñó.

Antes de irte| Completa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora