Viviendo En Mentiras ( EDITANDO)

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"DESCONOCIDO".

Miro su foto una y otra vez sin poder cansarme de su absorbente belleza.
Valentina es tan hermosa como el mismísimo diamante, te atrae, es valioso y frágil.

Sus hermosos labios rojisos se ven tan carnosos y suaves como el algódon, tan dulces de saborear, tan besables...
Me encantaría verlas llenas de sangre, con mordeduras para que sepa que nadie más la besará como yo lo hago.

Su belleza es tan única como afrodita, la diosa del amor, la diosa que atraía a cualquier hombre a sus pies sin siquiera mirarlo y a la que todas las mujeres envidiaban por la belleza que emanaba.
Valentina es como la noche de la areola boreal, ella no llama a nadie, la gente llega a ella para admirar su belleza.

Sus admirantes ojos me llamaban tanta la atención como una noche estrellada, cada estrella representaba el brío de ellos.

Valentina es un ser completamente inevitable de admirar.

La primera vez que sus ojos se encontraron con los míos sentí su pesada mirada atravesando mi corazón como una bala dejándome sin alma.

Estudio su rostro con mi mirada mientras la toco en imagen delante mío como si pudiera sentir su cuerpo.

《Me da gracia todas las reacciones que obtiene mi cuerpo al solo mirarte.》

—Valentina, Valentina, pronto te tentré para mí solo, no puedo dejar de imaginar qué se sentiría besarte, sentirte, escucharte...

No suelo ser paciente, pero contigo tengo que serlo, espero ansiosamente el día en el que te vea gemir, temblar y retorcerte de dolor, en el que te vea suplicar por tu vida, en el  que te vea bañada en tu propia sangre con heridas profundas en tu hermoso y delicado cuerpo, en el que te vea sin esperanza y en el día en el que te vea rendirte ante mí...

Eres mi Julieta, Valentina... o te quedas conmigo o te mueres conmigo.

Si destruyo este mundo por diversión, imagínate lo que haría por venganza.

Querida Valentina, yo te observo desde la oscuridad, soy tu sombra, te sigo a todos lados, cada paso, cada movimiento, cada acción que haces, te sigo y te observo, porque en la oscuridad uno nunca sabe lo que se puede encontrar.

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"VALENTINA"

Repaso las fotografías que había tomado el otro día cuando trataba de "espiar" a Isabell.

Ya llevaba horas tratando de ver a quién se parecía.

Tenía una foto de cada uno esparcidos en la mesa, aunque es obvio de que María no era el "chico", solo tenía que estar entre Santiago o Asher.

Le hago zoom a la imagen lo más que puedo en la zona de la cara del chico, pero de éste no se miraba para nada, mi mirada nota un pequeño detalle. Un arete.

Me sorprendo y dejo la cámara repentinamente sobre la mesa, agarro mi cel metiéndome a galería buscando fotos, rebusco hasta que mis ojos me empiezan a arder, paso el dedo por la pantalla dándole paso al siguiente y pongo cara de horror al ver la imagen.
No puede ser.

Pero por qué me sorprende. Santiago,
eras tú.

Hecho mi cabeza hacia atrás mientras me masajeo la sien.

¿Es posible?

Sonrío al ver mi descubrimiento.

—¡Sí! —grito en voz alta mientras muevo mi mano como lo haría un ganador— Pero, si él estaba ahí significa que...