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Me dolía el cuello, me dolía la espalda, me dolía la nalga...

Habíamos llegado al hotel ya hace unos diez minutos, los cinco nos encontrábamos en el ascensor para ir a la primera habitación.

—Yo quiero ir con Valentina —dice Isabell y evito su mirada.

—No hables tonterías, tú irás con Asher, Valentina con María y yo dormiré solo, listo —Isa rueda los ojos y empieza a discutir con él.

—¿Por qué duermes solo tú?

—Yo pago todo el viaje...

—Sí serás maldito.

—Sí serás estúpida, nena —le tira un beso y en eso se abre el ascensor.

—Hagan piedra, papel o tijera y ya— propone Asher.

—María, venite para acá —Isa la jala del brazo —. Si pierdes, duermo con Val.

—Pero si yo... —trato de decir —¿Por qué no quiere dormir con Asher si ya se acostó con él? —susurro.

—Yo tampoco lo sé —quedo inmóvil en mi lugar en el momento que  Santiago me responde, cruza su brazo por mi cuello y me pega contra él en un abrazo asfixiante.

—¿Ya sabes qué? —me hago la tonta.

—Lo mismo que tú, Val... —me voltea a ver y el pequeño arete que tenía en la oreja se agita —ya sabes qué, no te hagas la tontita —me toca la nariz y aparto la mirada evitando una sonrisa por su acto.

—¿C-como lo sabes? ¿Te han dicho?

—Digamos que los he escuchado demasiadas veces y por la forma en que se comen con la mirada no es una excepción para negarlo —suspira—. Me sorprendí al principio, pero tampoco es que nunca lo hubiera pensado, puede que Asher no hable mucho, pero puedes ver sus emociones a través de sus ojos.

Lo miro algo asombrada y luego volteo a ver a Asher quien sólo miraba serio al juego entre Isabell y María.

—Yo me acabo de enterar —me expongo.

—Bueno... todos sabemos algo —me guiña un ojo y procede a separar a las dos chicas que ya tenían hartos a todos con su juego —. María con Valentina, Asher con Isa y yo solo, listo—empuja a Mari hacia mí e Isabell termina enseñándole el dedo del medio.

Santiago le quita la tarjeta de habitación a Isa y me entrega una.

—¿Q-qué...?

—Vayan a su habitación, ya les dije.

—B-bien... lo miro confundida.

—Vamos Isabell... —la jala del brazo hacia el ascensor y ésta camina de mala gana.

Asher nos voltea a ver serio y lo miro de la misma manera, una sonrisa se empieza a dibujar en su rostro y de inmediato mi expresión cambia.

—¡Adiós erizo! —me guiña un ojo y papadeo varias veces perpleja.

—Cálla... —me tapo la boca al recordarme que María está a mi lado.

Okey. Camino hacia nuestra habitación y siento la fuerte mirada de alguien atravesándome desde atrás.

Qué vergüenza...
Me ha llamado erizo y ha sonreído...

Inserto la tarjeta y la puerta se abre, camino dentro de la habitación con el corazón acelerándome con cada paso que doy.

《 ¿Por qué estás así? 》Me cuestiono.

Algo se avecina.

La puerta se cierra y escucho que pone el seguro. En ese momento supe que no iba a volver a salir de aquí...

Viviendo En Mentiras ( EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora