Al siguiente día...
Todos estábamos reunidos en el centro de la ciudad, todo estaba normal, no parecía que nada hubiera ocurrido anoche, en parte es bueno.
—¿Y si nos dividimos? —propone Santiago, como siempre.
—Sí, quiero ir a comprar ropa —dice Isa.
—Tú también deberías ir Val, la ropa que trajiste es demasiado calurosa.
—Cierto...
—Asher y yo buscaremos un lugar donde comer, luego les mandaremos la dirección.
—¿Y yo? —pregunta Santiago —propuse el plan y ahora me quedo solo.
—Puedes encontrar un sitio para que visitemos más tarde, Santi.
—Bien.
Busco en mi bolso mi tarjeta de crédito y me doy cuenta que no la ando, lo que tenía en efectivo era muy poco.
—¿Qué buscas? —se me acerca María.
—Me he olvidado de mi tarjeta.
—Usa la mía —me lo extiende y la miro perpleja.
—No es necesario...
—Tómalo, cómprate lo que quieras —me lo pone en la mano y miro el objeto con duda.
—¿Y si lo quieres usar?
—Para eso tengo a Asher conmigo —este gruñe y mira de mala gana a María —. Tengo unos dos o tres más, no te preocupes, úsalo en lo que quieras.
¿Así hablan los millonarios? Porque yo solo tengo una tarjeta y es con poco dinero.
—Bien, te lo pagaré cuando llegue al hotel.
—Sólo usa el dinero, no me importa.
—Pero...
—Valentina —me llama Isabell —. Ya vámonos.
Me agarra de las manos arrastrándome lejos de ahí
—¡Gracias Mari! —le grito.
—Nena, te está dando su tarjeta, no dudes, solo usa.
—Pero es su dinero.
—No, ahora es tuyo, eso es lo que me dió a entender.
Entramos a una tienda y miro a todos lados por lo hermosa que es. Se veía demasiado lujosa para mí.
Camino por el largo pasillo que tenía todo tipo de ropa a ambos lados y me detengo al ver un lindo vestido veraniego de los que me gustan.
—¿Te gusta? —asiento —¡Pues a probarlo!
Lo agarro del gancho y seguimos revisando otras prendas, al final ya teníamos veinte a mano.
Luego de probarme todos, lo único que decía Isabell era: cómpratelo.
—¿Cuál es el total? —le pregunto a la señora de la caja.
Esta suma la cantidad de todos los artículos aburrida y dice:
—Son $ 4,500.
—O-ok.
¿Qué hice? Eso es demasiado, pude haber comprado el triple en la tienda usada.
Le entrego la tarjeta y se me baja la presión cuando la señora me lo vuelve a entregar, ya son menos 4,500 de su tarjeta.
Ya no me sentía feliz; dicen que comprar es para desestresarse, pero me he estresado más.
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Viviendo En Mentiras ( EDITANDO)
Детектив / ТриллерUn grupo de cinco mejores amigos, ellos dicen que se conocen mutuamente, pero... ¿Acaso eso es verdad? ¿Acaso en todos esos años de amistad se siguen guardando cosas que son imposibles sacar a la luz? ¿Qué tan malos son esos secretos para que nadie...