Viviendo En Mentiras ( EDITANDO)

El comienzo.

Aviso: Este capítulo se narra cuando los protagonistas tenían 6-7 años.

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—¡Valentina! —me llamó mi madre desde la sala.

—Ya voy, ya voy —agarro mi mochila y bajo corriendo las escaleras.

—Apúrate. Entra al auto ya, niña —dijo mientras salía de la casa y entraba al auto —. Ya son las seis y cincuenta. Espero que no lleguemos tarde.

Era el primer de escuela, bueno, la verdad es que nos mudamos a otro país, lo que no entendí y mi mamá no me había dicho el porqué.

Ni siquiera había terminado el año en mi antigua escuela, pero mamá pudo hacer que me aceptaran en esta.

—Mamá, ¿por qué tengo que ir? Me da pena.

—Ya hablamos de esto, Valentina, los niños no te morderán —dijo mirando a la carretera y suspiró para luego voltear a verme por unos segundos —. Todo saldrá bien, tienes que quitarte esa timidez de conocer gente nueva.

—P-Per... —no pude terminar lo que iba a decir porque mamá me interrumpió.

—Ningún pero. Ya estamos en camino y aunque no quieras ir, te voy a obligar
—comentó ya enfadada por la situación y asentí con la cabeza.

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—Ya llegamos. Mirá, ella es tu maestra, todo saldrá bien, ahora ve —anuncia mientras yo salía del auto.

Caminé tímidamente y de mala gana hacia la profesora, ella me tomó de las manos suavemente y me guio hacia unos pasillos confusos hasta llegar al salón de clases.

—No seas tímida —me susurra de forma dulce, aunque eso no me calmaba para nada, mi corazón iba a salir de su lugar.

Entramos al salón y me sorprendió ver a unos niños en fila.

—Ve junto a ellos —dijo en un tono para que solo yo la escuchara —. Buenos días, niños —comunica de forma alegre —. Como pueden ver, hay caras desconocidas, pero sé que se llevarán bien. Bueno, preséntense —nos voltea a ver —. Empezamos por ti.

Me dirige una mirada y los nervios comienzan a recorrer mi cuerpo.

—H-Hola, me llamo Val... Valentina — traté de decir de la forma más segura posible.

La niña que estaba a mi lado me sonrió y volteó a ver hacia los otros niños del salón.

—Soy María —dijo con tanta naturalidad la niña.

¡¿Por qué me compliqué tanto?! Solo pude haber dicho un "Soy Valentina".

—Yo soy Asher —volteó a ver al niño que lo dijo, y me pareció muy lindo.

—Isabell —habló una niña rubia muy bonita.

—Santiago —dijo el último niño.

—Muy bien —la profesora sonríe hacia nosotros —. Se pueden sentar.

Nos dirigimos los cinco a una mesa redonda, con cinco sillas desocupadas.

Me senté en una de ellas y después creo que la niña cuyo nombre era María, se sentó a mi lado.

—Presten atención porque empezará la clase.

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Tocó la campana y me imaginé que era para el recreo, los niños empezaron a salir del aula y los empecé a seguir. Mi madre me había dado cinco dólares, creo que así lo llamaban.