Epílogo

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Mi madre se volvió a ir de la casa y otra vez estaba sola.
Durante toda la semana había recibido llamadas de los chicos, pero no tenía el ánimo de contestarles y tampoco lo quería hacer.

Me sigo cuestionando si hice lo correcto...

A lo mejor me debí quedar callada y todo iba a ser normal, una vida en mentiras.

Siempre supe que algo sucedía, desde el primer momento, pero no pensé que esas mentiras iban a llegar tan lejos.

Nunca se me pasó por la mente que Eleanor iba a ser capaz de poner cámaras en la casa solo para vigilarme y obligar a mis "amigos" que la mantuvieran informada de todo lo que hacía. Al final me cuestiono si en verdad los tuve o solo estaban actuando.

Recibo una notificación en mi computadora y lo toco.

Valentina, soy yo Santiago pero por favor lee este mensaje, he tenido que hacer otro correo solo para escribirte, me has bloqueado en todo y bueno yo también tengo culpa de que lo hayas hecho. Puede que en estos momentos no me consideres un amigo, pero estoy intentando entenderte, si me hubieran ocultado algo durante mucho tiempo también me hubiera encabrado con todos y hubiera hecho todo lo posible para descubrir la verdad, la cosa es que me imagino que debes de estar cuestionándote en estos momentos si hiciste lo correcto y debes de estar muy pensativa. El hecho de que estés en una casa donde viven todos tus malos recuerdos te debe abrumar y te entiendo Valentina; así que te tengo una propuesta, tengo una casa de campo a unos treinta minutos de la ciudad, te daré la llave para que te puedas quedar ahí todo lo que quieras, no lo hago por pena, sé que lo acabas de pensar. Quiero asegurarme de que puedas relajarte un rato y te tomes un momento para ti misma. Espero que hayas leído esto y que pienses en mi propuesta, pero no sabía si ibas a aceptar o no, así que abre tu puerta y afuera encontrarás una cajita con una llave adentro. Espero que me perdones algún día nena y si te lo preguntas, sí te consideraba una amiga y siempre lo haré.

Atentamente: Santi.

Lo primero que hago es correr hacia la puerta para confirmar. Una pequeña cajita dorada se encontraba en el piso y lo agarro entre mis manos, lo abro lentamente y ahí estaba la llave, tal como lo había dicho.

Una casa de campo, eh.

—Hablaba en serio...

Miro a mi alrededor y se me oprime el pecho.

Este no era un hogar, solo era una casa común.

Me imagino a mi yo de pequeña haciendo todo lo que mi madre me obligaba a hacer; mis fuertes sollozos escuchándose en mi cabeza y sus gritos amenazadores que me aterraban.

Un miedo cerval se apodera de mí y dudo por unos momentos en si lo que haré será lo correcto.

¿Y si también lo está haciendo para burlarse de mí?

《 Lo necesitas Valentina, en el fondo sabes que no miente y que solo quiere lo mejor para ti.》

Suelto un suspiro y miro mi realidad, a lo tiene mejor tiene razón y debería aceptar su propuesta.

•○•○♡○•○•

Conduzco por la desolada carretera hacia mi próximo rumbo.
Le contesté a Santiago diciéndole de que iba a ir a su casa de campo y me terminó mandando la dirección.

El trayecto fue bastante calmado, nunca pensé que conducir al rededor de la nada lo sería.

Giro a la derecha y cuando empiezo a adentrarme entre los árboles me cuestiono si voy por el rumbo correcto.

Freno el auto cuando me encuentro con un gran portón de hierro. Una notificación entra en mi celular diciendo que insertara el código que iba a parecer en cinco segundos. Un rato después inserto el código y la gran puerta se abre, avanzo por el camino y veo desde lejos la casa.

—Pensé que era una casita de una habitación, esta debe tener como cinco.

Llego al final del camino y salgo del auto.

Era un terreno gigante.

Inhalo el aire fresco y sonrío. Escucho el sonido de las diferentes aves volando encima de mí y luego de muchos meses, me sentí tranquila.

Todo era pacífico y por primera vez, luego de mucho tiempo sentí que tenía la calma que quería, pero al final todos mienten y toda mi vida he estado viviendo en mentiras.

•○•○♡○•○•

—Valentina, ¿por qué has huído de mí? Te quería muerta entre mis brazos...


Continuará...

Viviendo En Mentiras ( EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora