Viviendo En Mentiras ( EDITANDO)

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Antes de leer el capítulo quiero sepan que la mayoría de las cosas son recuerdos de Valentina con Lorena.
Lo siento si encuentran errores ortográficos o de redacción, trataré de arreglarlo lo más rápido posible aunque puede que se me haya escapado uno que otro. Gracias por comprender. Ahora pueden leer...👇

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Alguien toca mi hombro ligeramente y me volteo. Sonrío al hacer contacto visual con esos hermosos ojos verdes con chocolate, ella me devuelve la sonrisa al ver que le dirijo una sonrisa.

—Hola... —dice Lorena, mientras juega con sus dedos.

¿Está nerviosa?

—¿Qué ocurre? —apunto a sus dedos indicándole sus nervios que no oculta.

Ella al darse cuenta de ello, esconde sus manos detrás de su espalda y prosigue a decirme:

—Nada. Bueno te quería preguntar algo... —asiento lentamente con la cabeza indicándole para que siga — ¿Quieres venir a mi casa?

La miro con los ojos abiertos sorprendida. ¿Por eso estaba nerviosa?

—No, o sea, solo si quieres ir —añade rápido —.Retiro lo dicho, ¿quieres ir a comer algo? —me mira horrorizada.

Me muerdo el labio aguantándome la risa.

—¿De eso estabas tan preocupada —Lorena mira a todos lados pensando que le hablo a otra persona —No hay otra Lolo.

—Bueno sí, tu respuesta me preocupaba, un poco.

Qué tierna es. Me la quedo mirando embelsada y ella me mira con extrañeza.

—¿Te pasa algo val?

No me resistí, me acerqué más hacia ella y le doy un abrazo. La aprieto más hacia mí para que no me suelte, se sentía bien darle un abrazo a alguien por mi propia cuenta, me gustaría poder hacerlo siempre.

—¿Esto es un sí?

—Claro que lo es... siento que suelta una bocanada de aire y esta se ríe abiertamnete.

—Estoy loca de la cabeza —dice mientras me acaricia el pelo —,muy loca. No lo puedo creer, en serio que me has puesto nerviosa.

¿Cómo dice? ¿Yo?

Me separo un poco de ella para mirarla a la cara sin dejar de abrazarla.

—¿Yo te puse nerviosa? ¿Por qué? — frunzo el ceño al mismo tiempo en el que ella se aclara la garganta.

—No. ¿Qué? No, solo pensé que no ibas a querer venir conmigo... no es nada. Jaja —se vuelve a poner seria —. Pero sí vas a venir, así que... —vuelve  sonreír y me abraza fuerte dejándome sin aire.

—Me dejas sin aire —aviso.

Lorena me suelta.

—¿Podemos ir ya?

Ya se estaba poniendo imperactiva y solo por el hecho de que yo la iba a acompañar, eso me hacía muy feliz; verla sonreír y notar como se le iluminaban sus ojos.

—Vamos —le sonrío y comenzamos a caminar.

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Camino por la habitación de Lorena, revisando cada detalle, las sabanas de su cama lila, las fotografías de ella, los pequeños adornos.

Me detuve frente al tocador al notar un pequeño collar con una piedra preciosa en ella, esta era tornasol; la tomo entre mis manos y la muevo para ver los diferentes colores.