Capítulo 8: Tiempo de afrontar

24 2 0
                                    

Leonardo había vuelto de recursos humanos con ambas identificaciones en las manos. A pesar de que temía un poco por la seguridad de Heather por Natasha, sabía que lo comenzaba a hacer muy bien. Estaba adentrándose excelentemente en su personaje, debía admitirlo, pero eso lo alarmó un poco, le gustaba Natasha y todo lo que ella aportaba. Pero amaba a Heather, a su esencia, a su interior y personalidad, y comenzaba a creer que tarde o temprano ambas colisionarían entre sí y no habría retorno para separar a la mala de la buena, aunque fueran la misma persona. No se había preparado para la escena que estaba por presenciar a continuación, y es que al llegar al despacho de Heather notó que Ethan estaba frente a ella y eso además de sorprenderlo lo enfureció por completo. No se había preparado con anticipación para un posible momento entre ellos dos y es que recién llegaban, ¿acaso el destino no podía aguardar un momento más? Necesitaba práctica para poder controlar sus emociones y arrebatos. Heather y el castaño se le quedaron viendo fijamente y por primera vez se sintió fuera de lugar, como si hubiera llegado en un mal momento interrumpiéndolos. Pero la mirada suave y confiada de la rubia lo logró apaciguar, sabía que esa mirada significaba que nada estaba ocurriendo o que no había pasado absolutamente nada malo. Se acercó con lentitud hasta el escritorio de la mujer y la vio respirar con fuerza, estaba haciendo un enorme esfuerzo sobrehumano para no degollar a Ethan. Dejó ambos gafetes sobre el mueble y lo rodeó quedándose junto a la mujer. Quiso reír al observar la mirada de Ethan, parecía estar molesto con su llegada, pero simplemente lo ignoró y aprovechó la oportunidad para rodear la cintura de Heather.

— Hola, creí que no vendrías más... —habló la rubia fingiendo serenidad.

— Lamento la tardanza, Natasha. —la observó con cautela. ¿Estás bien? le cuestionó con la mirada y ella asintió en respuesta. Entonces dirigió su mirada hacia Ethan—. Señor Montpelier, no esperábamos verlo otra vez.

Ethan arrugó la frente sin perderlo de vista.

— Vine a disculparme con ambos por el momento incómodo de allá afuera, más por el mío que por cualquier otra situación que haya sucedido posteriormente. 

— No hay problema, entendemos la situación. —respondió inexpresivo el castaño. Heather lo miró ceñuda al sentir su mano apretándola con fuerza en la cintura, por lo que decidió hablar.

— Ya le he dicho a Ethan que pierda cuidado, por supuesto que comprendemos lo que sucedió allá afuera. 

— No debe de ser fácil perder a quien amas. Es difícil sobrevivir a ciertas cosas, es lo que pienso, claro. —comentó con cizaña. Heather ladeó su codo reprendiéndolo, al parecer no era la única que intentaba salirse de su personaje.

— Bueno... Ahora es más difícil darle de comer a estas personas y mantenerlos dignamente, trabajaron mucho tiempo sin ser remunerados. Verán por qué mi urgencia al buscarlos. 

La rubia humedeció sus labios secos, había mucha tensión entre ellos dos. Lo pudo hasta palpar.

— Claro, eso es más que entendible. Gracias por sus sinceras disculpas, Ethan. —objetó Leonardo mientras tomaba su gafete y lo enganchaba a su camisa.

— No, gracias a ustedes. Que tengan un lindo día. —replicó con la mirada incómoda al verlos muy juntos, le molestaba sentirse así sin saber por qué. La rusa no era Heather—. Natasha.

— Ethan. —ambos asintieron cordialmente y el castaño simplemente se fue dándose media vuelta. Sintió que se ahogaba allí dentro estando con esa mujer, sus ojos y sus expresiones tan similares a la pelirroja lo ponían como loco. Leonardo esperó a que el hombre cerrara la puerta y observó a Heather, lucía pálida.

— ¿Nena, estás bien? 

Asintió lentamente tocándose el pecho.

— Sentí que estaba a punto de perderme, Leonardo. Creí que no soportaría esta mentira y se lo diría, Dios... Cómo lo odio. —escupió duramente recuperando la rudeza en ella. Estar cerca de Ethan había sido lo más fuerte hasta el momento.

Inefable DelirioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora