Inefable Delirio

Capítulo 38: Una verdad se libera y un nuevo comienzo se acerca

No podía creer haber aceptado hacer algo semejante, y todo por intentar explicar y reparar algo que ella no rompió. De todas maneras, era algo que tarde o temprano debía hacer y con más razón al Ethan conocer el panorama. Era absurdo seguir fingiendo con él enterado. Heather estaba sentada en el sofá de su tía esperando a que los Montpelier llegaran, los había contactado en nombre de Natasha pero sabía que les resultaría extraño citarlos en casa de una Ripoll. Durante el periodo de tiempo que pasó con el castaño después de aquella confesión, hablaron por un buen rato sobre revelar la verdad a quienes no lo sabían, al menos a un número reducido de personas. Al principio se mostró reacia con la idea y el hombre lo aceptó sin protestar, pero después de meditarlo decidió que era lo mejor que podía hacer. No podía seguir manteniendo por más tiempo el secreto, solo lo sabrían ellos, quienes un día fueron su familia. Con Ethan decidieron intentar construir algo poco a poco, sin presiones, sin atajos a lo sencillo, con paciencia y compresión. Amor había, pero el dolor persistía en ella como un clavo en su pecho que con cada respiración penetraba su corazón. Aun así y con todo el sopesar, quiso enfrentarse nuevamente al mundo siendo frontal y honesta por primera vez en demasiado tiempo. Barbara estaba sentada a unos metros de ambos y solo podía pensar: ¿Lo quieres en tu vida otra vez, niña? Amaba a su sobrina y quería lo mejor para ella, aun sabiendo que Ethan la amaba con locura y estaba dispuesto hasta dar su vida por la de ella, no sentía la misma comodidad que la primera vez. Todo había cambiado, todo.

Ethan apretó con fuerza la mano de la rubia al escucharse el timbre.

— Adelante... —escuchó la voz de la pelirroja al abrirse la puerta a sus padres y supo que la sorpresa sería inmensa. Heather se puso de pie bajo la atenta mirada del castaño y aguardó a los invitados—. Vengan, siéntense por favor.

— ¿Señora Stepanova? —inquirió dudoso la cabeza de los Montpelier. Ella asintió en respuesta y los convidó a sentarse con un ademán. Jeremy y su esposa llegaron unos segundos después y se acomodaron en el diván al igual que Ivonne con su pareja , todos ellos se hallaban sentados frente a la rubia y junto a ella se encontraba Ethan.

— Lamento tener que interrumpirlos a todos, sé perfectamente que llevan una vida ocupada y una agenda bastante apretada.

— No, está bien. Tranquila. —dijo la rubia con amabilidad.

— Por favor no se preocupe por eso. —respondió Carine con una sonrisa cordial—. Sin embargo, nos admiró que usted nos citara en casa de la señora Ripoll... ¿Por qué?

— Iba a preguntar lo mismo, pudo citarnos en su despacho señora Stepanova. —sumó el rubio analizándola con confusión.

Ethan se puso de pie rápidamente de pie manifestando su irritabilidad.

— ¿Podrían por favor guardar silencio para que ella pueda hablar?

— Hijo...

— Hablo en serio, papá. Si aceptaron venir entonces quédense en su postura y aguarden un poco, todo a su debido tiempo. 

— Está bien, Ethan. No tienes que exaltarte... Creo que lo entendieron. —lo calmó Barbara desde la entrada del living. Sin notarlo, Amanda también se había sumado a la reunión y se mantenía de pie junto a su madre. ¿Por qué la estaba tomando de la mano? Fue lo primero que se preguntaron los Montpelier al voltear, pero decidieron enfocarse en Natasha.

La rubia se puso de pie frente a todos ellos y aclaró su garganta, qué seca la tenía.

— Los cité en este preciso lugar porque hay algo muy importante que tengo que decirles. No pude encontrar mejor lugar para hacerlo que mi casa... Así es, esta es y siempre ha sido mi casa. —citó derramando una lágrima.