Heather no había pegado un solo ojo durante toda la noche gracias a la llamada de Leonardo. Había dado vueltas en la cama con la mente cargada de pensamientos y con la culpa de haber hecho tan mal las cosas. Era increíble para ella el solo hecho de pensar que ambos se hallaban más lejos cada vez, como si estuvieran a punto de convertirse en una sombra del pasado, una sombra que estaba en constante movimiento rodeándolos con el solo propósito de volverlos nada. Se encontraba en la sala de juntas de la empresa con un latte en sus manos, no podía evitar sentirse vacía e incompleta al saberlo como un completo extraño después de haber atravesado tanto junto a Leonardo, no podía hacer nada, aunque así lo quisiera. Él estaba decidido a marcharse lejos de su lado, no podía seguir compartiendo lazos con ella después de todo, él buscaba un futuro con ella que no podía darle, no cuando su corazón se empecinaba en seguir amando a Ethan. Una pequeña y vaga lágrima rodó por su mejilla izquierda y la quitó rápidamente, no tenía sentido llorar por algo que no podía reparar, no podía repararle el alma a ese hombre. Caminaba de lado en lado bebiendo del café sin despegar la mirada del suelo, sentía lástima por ser la mujer que era y no la que un día había sido, una buena y honesta. Alguien que hacía las cosas bien sin tener que estar lastimando a otros para alimentar su veracidad o lo que buscara aparentar. La puerta se abrió y sus azules se toparon con aquellos ojos pardos que la miraban un tanto fríos e indiferentes.
Leonardo se acercó unos metros y le extendió unos papeles.
— Buenos días, aquí está la carta de mi renuncia.
— Buenos días, toma asiento por favor. —tomó los papeles y señaló una de las ejecutivas. El hombre asintió y fue directo a sentarse, Heather lo imitó segundos después—. Antes de firmar el documento quiero saber... Necesito saber si estás parcialmente seguro de esto, lo puedes reconsiderar si es preciso, yo...
— Heather, no vine hasta aquí para perder el tiempo. —expresó serio—. No quiero seguir en este proyecto, haz lo que quieras con él y con el dinero también, no lo necesito ni jamás lo necesité.
— Leonardo... Aún podemos hablarlo.
El hombre sonrió amargamente y mirándola a los ojos dijo con impaciencia.
— Sólo firma los malditos papeles, por favor.
— ¡Ya basta de ser tan cruel conmigo, carajo! —chilló golpeando la mesa con las manos abiertas. El castaño se quedó asombrado ante el gesto, pero ella lo ignoró—. Sé que estás molesto por haberte prometido un futuro juntos, por haberte mentido sobre Ethan y todo lo demás... No puedo borrar lo que hice, pero soy un ser humano y cometo errores como todos, Leonardo. Pero eso no te da el derecho de tratarme como basura.
— Aguarda un momento...
— ¡NO! ¡Estoy harta de que me ataques y seas frío conmigo, como si no valiera nada!
— Dime, ¿cómo puedo tratarte después de todo, Heather? ¿Piensas que es sencillo lo que me pasa a mi contigo? —dijo furioso al ponerse de pie y quedando a su altura—. ¡Me ilusionaste y me mentiste en la cara!
— ¡Lo siento! He intentado acercarme de nuevo para redimirme, pero tú elijes odiarme y apartarte de mí y...
— ¿Quieres ponerte en mi lugar por un momento, Heather? No puedes pretender ser la víctima de tus propias decisiones. Te pregunté muchas veces si estabas segura de lo nuestro, de que lo habías olvidado, ¿y tú que me dijiste? —cuestionó haciendo un ademán con la cabeza, incitándola a hablar—. ¿Qué fue lo que me dijiste, Heather?
Heather comenzó a sollozar, y esquivando su mirada acusadora respondió despacio.
— Que sí estaba segura de lo que sentía.
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Inefable Delirio
RomanceLuego de fingir su muerte, Heather comienza a maquinar en su mente las nuevas piezas de su juego. Vengarse de quienes la hirieron y hacer justicia por las infamias y torturas a las que fue sometida. Para ello deberá regresar usando una nueva identid...