15.

2.7K 292 44
                                    

Tenía vagos recuerdos de mi padre, sabía que él me regaló un precioso vestido lila que tuvimos que dejar atrás cuando nos mudamos al castillo de Lord Borros Baratheon y que mi padre tenía unas manos grandes que cubrían las mías con facilidad.

Recuerdo la risa de mi madre cuando abría la puerta de nuestra pequeña cabaña y los pasos de él, firmes y seguros.

Pero no recordaba su rostro, no recordaba de qué color eran sus ojos o el color de su pelo.

¿Tendría alguna marca de nacimiento? ¿Era un hombre guapo o más bien feucho?

Jamás lo sabría porque un buen día mi madre recogió pocas cosas en una bolsa y tomamos un barco rumbo a Bastión de Tormentas.

Aún recuerdo la brisa marina agitando mi dorada melena y como pequeños peces nadaban no muy lejos del barco haciéndome disfrutar de su presencia durante casi todo el viaje.

Me sentía afortunada, habíamos abandonado nuestra pequeña aldea para ir en barco. ¿Quién no querría eso?

Jamás pensé que eso conllevaría no ver más a mi padre.

Me cubrí completamente con la sábana e intenté hacer memoria. ¿Cómo era aquel hombre que me regaló un vestido lila?

Escuché la puerta de mi habitación abrirse y me quité la sábana del rostro para ver a Melisa.

-¿Puedo dormir contigo?

Asentí pegando mi cuerpo a la pared para dejar que ella pudiera tumbarse en mi pequeña cama.

-Viserys vino buscándote …-susurró.

-Me encontró…

Melisa se giró para mirarme y aunque estábamos casi en una oscuridad absoluta pude ver el brillo en su mirada.

-Me llevo a sus aposentos y allí encontré también a Daemon…-expliqué- lo más raro fue que solo me hicieron preguntas sobre mi padre.

-¿Tu padre?

Asentí.

-Pero Aegon nos interrumpió- la miré y cubrí nuestras cabezas con la sábana- es como si me hubiera defendido de su padre, como si yo le importara algo.

Melisa me miró y soltó una carcajada.

-No creo que ese haya sido el motivo…-susurró.

-Me dijo que yo le parecía del montón- me mordí el labio algo molesta, sintiendo arder mis mejillas- que jamás le atraería como mujer.

Melisa quitó la sábana que nos cubría y me miró con el ceño fruncido.

-¿Aegon dijo eso?

Asentí.

-Pero si eres preciosa…- vi como arqueaba una ceja- además, eso no debería molestarte.

-No me molesta-mentí desviando la vista hacia el techo.

Ella apoyó de nuevo su cabeza en la almohada.

-Ni lo pienses…-susurró - Aegon no.

Giré mi cabeza y la miré detenidamente.

-Aegon jamás me gustaria- dije.

Cerré mis ojos con algo de cansancio y los abrí de golpe al escuchar como alguien tocaba la puerta con los nudillos.

Miré a Melisa y me levanté de golpe. ¿Quién llamaría a esas horas?

-¿Jace?

En cuánto abrí la puerta me quedé sorprendida al ver ante mí a la persona que menos esperaba.

-Necesito que hablemos.

Miré a Melisa y sin decir nada más salí de mi habitación cerrando la puerta a mis espaldas 

Solo llevaba un camisón que provocó que Jace desviara la vista hacia otro lado algo incómodo.

-Fue idea de Baela que fueras tú la que nos sirviera la comida.

-No pasa nada- me encogí de hombros y tiré de su mano hacia las escaleras- pero no deríamos hablar aquí.

Le miré sonriendo mientras subíamos los escalones.

Cuando llegamos a la cocina, solté la mano de Jace y le miré frunciendo el ceño.

-No es apropiado que vengas a estas horas solo para decirme que..

No terminé la frase, Jace dió un paso hacia mí y posando su mano en mi cintura me besó dejándome de piedra.

No moví los labios, no correspondí a su besó provocando que él se alejara de mí llevándose una mano al pelo.

-Lo siento- se disculpó- no podía seguir aguantandome el beso que debí darte la primera vez que…

No le dejé terminar, me lancé encima de él dejando que él posara su mano en mi nuca y me besara con toda la ganas que sin duda tenía.

Su aliento chocó contra mi rostro y se apartó ligeramente de mí para esbozar una sonrisa.

-Lyanna….-susurró estremeciendome- voy a casarme con Baela, tengo responsabilidades que debo cumplir.

Me aparté de él algo incómoda, arrepintiéndome de inmediato del beso que le había dado.

-Pero…-agarró mi mano mientras yo me iba desilusionando- deseo convertirte en mi amante. Te prometo que no careceras de nada y vivirás en..

-¿Amante?- aparte mi mano de él con enfado.

-No puedo ofrecerte más- se posicionó delante de mí cuando amenacé con irme- no tienes un apellido importante ni una familia que pueda aportar nada a mi reinado.

Clavé mis ojos en él y con decepción me dirigí hacia la puerta.

-Entonces cásate con Baela- abrí la puerta y salí con enfado incapaz de creerme lo que acababa de suceder.

¿Ser su amante? 

Caminé de nuevo hacia los jardines escuchando los pasos de Jace detrás de mí.

-No debes ofenderte- me agarró del brazo obligándome a girar- es una propuesta en la que tú gozarás de tu propio castillo, y dinero que te dará la corona de por…

Con fuerza le abofeteé provocando que Aegon soltara una carcajada apareciendo casi de la nada.

-Sobrino, ya veo que no se te dan bien las mujeres-bebió de su copa caminando hacia nosotros mientras yo notaba mis mejillas arden de la rabia.

-No es momento para esto- dijo Jace con enfado.

-Si- le interrumpí - claro que es momento.

Esta vez me giré para mirar a Aegon.

-Jace me acaba de pedir ser su amante, ¿Qué opinas?

Aegon se encogió de hombros.

-Lyanna no tienes que….

Jace se quedó callado cuando me vió caminar hacia Aegon y pasar mis manos sobre su nuca poniéndome ligeramente de puntillas.

No quise decir nada más, me acerqué a Aegon y le besé sintiendo como él soltaba su copa dejándola caer al suelo.

Con sus manos me agarró con fuerza, y hundíò sus dedos en mi pelo besándome con una ferocidad que hizo que mis piernas se tambalearan.

Si Jace seguía allí o si al final había decidido irse, no lo supe. Tampoco tuve intención en girarme y comprobarlo.

La otra mano de Aegon rodeó mi cintura y me atrajo hacia él dejándome sentir su erección.

-Pensé que no te gustaba…-susurré provocando que él esbozara una sonrisa mientras relamía mis labios.

-Pensé que solo los efectos de la leche de amapola te dejaban acercarte a mi…

Esta vez fui yo la que sonreí.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora