25.

2.2K 220 4
                                    

-¿Puedo pasar?- pregunté tocando con los nudillos la puerta de los aposentos de Jace que se encontraba semi-abierta.

Él sentado en su cama me hizo un gesto con la cabeza para que me sentara a su lado.

-¿Cómo te encuentras?- pregunté caminando hacia él.

-Destrozado…-susurró- lo teníamos todo planeado, habíamos hablado hasta de cuántos hijos queríamos tener…

Tragué saliva sentándose a su lado y posando mi mano encima de la suya.

-Lo siento mucho, debí haber peleado con más ganas…

Jace levantó la vista y sonrió con tristeza jugueteando con mis dedos.

-Hiciste lo que pudiste…-sus ojos estaban repletos de tristeza- yo debí reaccionar antes e impedir que le enterrara la daga.

Resopló y se limpió una lágrima con la mano libre.

-La última conversación que tuve con ella no fue muy buena- confesó- le dije que me casaba con ella por obligación.

Junté las cejas sintiendo cierta lástima.

-Pero la quería, sentía mucho cariño por ella- apartó su mano de la mía y se las llevó al rostro- debí decírselo.

-Jace…-pasé mi mano por su rodilla intentando aguantar el nudo que se estaba formando en mi garganta- estoy segura de que Baela sabía que tú la querías.

Me miró y acercándose a mí besó mi frente con delicadeza.

-Le agradabas- sonrió intentando dejar de llorar- una vez me dijo que siempre que te veía andabas distraída por el castillo, como si buscaras algo o a alguien.

Sonreí.

-No se estar quieta…

Jace se puso de pie y pasó una mano por mi pelo.

-Iba a dar una vuelta en Vermax para despejar la mente- me ofreció su mano- no me importaría que me acompañaras.

Acepté su mano y nos pusimos de pie mientras yo extendía la otra mano para limpiar las lágrimas que aún surcaban su rostro.

-Eres un buen hombre…-susurré- Baela iba a ser muy afortunada de tenerte como esposo.

Jace me miró, como si estuviera intentando memorizar cada parte de mi rostro y besó la mano que aún me sujetaba.

-Gracias…

-Pero si fuera un buen hombre no habría discutido con Baela por ti.

-¿Por mi?- pregunté.

-No debí pedirte que fueras mi amante- agachó su cabeza algo avergonzado- actúe de forma injusta y egoísta.

-Está más que olvidado..-susurré sin apartar la mirada de él- aunque yo también debo pedirte disculpas por hacerte presenciar un beso que no tuviste por que ver.

Él levantó la vista y me apartó un mechón del pelo.

-Estuve a punto de romperle la cara- confesó- no soporte ver cómo te tocaba y por eso me fui, sabía que si me quedaba eso acabaría mal.

-Fue un beso para…

-¿Te gustó?

Su respuesta me cogió por sorpresa,pero asentí incapaz de mentirle.

-Aegon no es buen hombre- se acercó aún más a mí- solo destrozaría tu interior,¿Lo comprendes?

-No puede destrozar nada estando tan lejos de mí…-contesté en un hilo de voz.

Jace tragó saliva y besó mi mejilla posando su dedo en mi mentón.

-Dejemos de hablar de mi tío- me miró a escasos centímetros- y vamos a quitarnos los zapatos en la playa.

Sonreí incapaz de poder evitarlo.

-Voy a enseñarte cómo se debe cuidar un corazón tan frágil como el tuyo.

-¿Frágil?- pregunté.

-Has estado sola mucho tiempo, Lyanna- me dedicó una mirada que alteró mis nervios- tu corazón a debido de soportar mucho, pero ahora nos tienes a nosotros y a Daemon.

Sonrió agitando la cabeza.

-He visto como te mira , ¿Sabes?

Tiró de mi mano dispuesto a salir de su habitación.

-Y lo que tendré que discutir con él para que me deje pasar tiempo junto a ti.

Me reí viendo cómo me conducía hacia el exterior del castillo.

-No creo que te lo prohiba- dije provocando que él frenara sus pasos levantando la vista hacia él cielo para ver como un enorme dragón surcaba los cielos.

-¿Qué diablos hace Vaghar en Rocadragón?

-¿Vaghar?

-Es el dragón de…

-¡Aemond!- nos sobresaltó Melisa justo detrás de nosotros.

Los dos nos giramos para mirarla y fruncí el ceño esperando una aclaración.

-Lo siento mucho Lyanna- ella entrelazó sus manos con nerviosismo- espero que puedas perdonarme.

-¿Perdonarte?- me aparté de Jace y caminé hacia ella-¿Qué has hecho?

Escuchamos a Vaghar rugir con fuerza y clavé más aún mi mirada en Melisa. ¿Qué es lo que debía perdonarle?

-Aemond está aquí porque yo le dejé una nota escrita en la que le advertía del peligro que era dejarte marchar de la Fortaleza Roja.

Miré a Jace sin comprender de qué hablaba Melisa.

-¿Qué peligro puedo suponer yo?- pregunté esperando que fuera Jace el que contestara.

-No sé a qué puede referirse…-susurró Jace.

Miré de nuevo a Melisa y ella dio un paso hacia atrás.

-Lord Borros Baratheon firmó un acuerdo con otro señor por tenerte como sirvienta- ella se encogió de hombros- tanto tú como tu madre sois de su pertenencia.

-¿Qué?

Nos giramos a la vez cuando Vaghar aterrizó justo a nuestro lado y Aemond bajó con velocidad desenvainando su espada sin apartar su mirada de Jace.

-Podemos hacerlo por las buenas- me miró esbozando una sonrisa que recorrió todo mi cuerpo atemorizandome- o por las malas.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora