32.

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-¿Quieres que lo haga?- le pregunté a Daemon que me miraba apoyado en una de las paredes.

-Va a ser el futuro rey de todo Poniente, ¿Quién no querría que su hija estuviera casada con él?

Le miré y me froté de las manos incapaz de levantarme de la cama.

-Yo pienso que es muy pronto para pensar en algo si..-confesé.

-No sé cuánto tiempo le queda a Viserys- Daemon se apartó de la pared y caminó hacia mí- Jacaerys debería estar casado para entonces, sí inevitablemente estalla una guerra, él debería tener algún heredero por si todo se tuerce.

-¿Quieres que me case con un hombre que puede morir en cualquier momento?- pregunté viendo cómo se agachaba a mi lado-¿Con un hombre con el que mis hijos estarían siempre en peligro?

-¿Crees que con otro hombre no lo estarías?

Tragué saliva.

-Aegon te devolvió a Rocadragón por alguna razón que prefiero desconocer- pasó sus manos por mis rodillas sin dejar de mirarme- pero él es un hombre casado y una fuerte amenaza para nuestra familia, ¿Lo entiendes?

Me quedé en silencio, sabía que lo era, Aegon se había cansado de repetirmelo, pero…¿Por qué aún tenía esperanzas en él?

-Dime que lo entiendes, Lyanna, porque prefiero morir antes de dejar que ese desgraciado te ponga una mano encima.

-¿Y si él rechazara el trono?

Daemon soltó una sonora carcajada apartándose de mí para ponerse de nuevo de pie.

-Hija mía, eres mucho más ingenua de lo que pensaba- su mirada se endureció- no hay hombre en todo Poniente que rechace la oportunidad de gobernar por encima de todos.

Tragué saliva sintiendo un dolor en mi pecho que provocó que agachara  la cabeza.

-No quiero obligarte a hacer nada que no quieras- dijo esta vez relajando su voz- pero Jacaerys es la mejor opción que tendrás jamás.

-Entonces ya está decidido…-susurré casi incapaz de pronunciar las palabras- me casaré con Jace.

Sentí como Daemon besaba mi cabeza y me alborotaba ligeramente el pelo.

-Ya verás como nada será tan malo como te imaginas y gozarás de una vida plena al lado de un buen hombre.

Asentí viendo cómo se marchaba de mis aposentos mientras yo continuaba en la misma posición.

¿Casarme con Jace iba a ser mi mejor opción? ¿Y donde quedaba lo que realmente quería yo?

Me levanté de la cama y me llevé una mano al pelo sin dejar de pensar.

¿Tenía alguna opción de estar con Aegon?

Era evidente que no, él era un hombre casado, un hombre al que mi padre detestaba con todo su ser, un hombre al que mi padre mataría si supiera hasta dónde he llegado con él.

Tragué saliva queriendo quitarme aquellos pensamientos de la cabeza.

Un hombre que ni siquiera se había molestado en venir a verme cuando estuve recuperándome.

-Padre- caminé hacia la puerta y la abrí de golpe provocando que Daemon dejara de caminar y se girara para mirarme- quiero una celebración para mí compromiso con Jace, una celebración en la que todo el mundo pueda estar presente.

-Eso mismo quiere Jacaerys - sonrió- no te preocupes que cumpliremos vuestros deseos.

Sonreí dándome la vuelta.

Esa era mi oportunidad de ver a Aegon y poder hablar con él para aclarar mis ideas.

Si iba a casarme con Jace, pensaba hacerlo estando completamente segura del paso que iba a dar.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora