54.

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-¡Nos vamos ya!- Daeron guardó su espada y se giró para mirarme con la ropa repleta de sangre- ¡No esperaremos a que otros capas doradas nos vean aquí!

Caminó hacia mí y me hizo a un lado para entrar de nuevo en la cabaña.

-Coge tus cosas, no pasaré ni un instante más alimentándote con comida robada y escondiendonos como si fuéramos ratas o delincuentes.

-Pero…

-Pero nada, Lyanna- me señaló con el dedo mientras intentaba deshacerse de la sangre en sus manos- nos iremos, no pienso dejar que los negros te pongan una mano encima.

Le seguí, viendo como cogía una bolsa de piel e iba metiendo pertenencias nuestras sin dignarse a mirarme.

-En cuanto Jace tome una nueva esposa- metió uno de mis vestidos con rabia en la bolsa- yo haré lo mismo contigo.

-¿Casarte conmigo?- pregunté acercándome a él y arrebatándole la bolsa de la mano.

-Si, te haré mi esposa- me miró detenidamente aún con enfado.

Sonreí.

-No hablo de intereses románticos- se explicó al ver mi sonrisa- es una forma de protegerte a ti y al niño que llevas en el vientre.

Dejé la bolsa a un lado y rodeé la cama para acercarme más a él.

-No puedes renunciar a casarte por amor solo porque…

-Lo hago por amor..-susurró cuando mis manos se posaron en su cabeza para conseguir que centrara su atención en mí- llevas en el vientre al hijo de mi hermano.

Apoyó su frente en la mía y sonrió de medio lado clavando sus ojos en los míos.

-Serás mi esposa y no hay más que hablar.

Sonreí de nuevo.

-¿No te cansas de dar órdenes?

Mi pregunta le hizo soltar una carcajada, y apartándose de mí volvió a coger la bolsa de piel.

-Vámonos antes de que alguien venga buscando al guardia- me ofreció su mano y la acepté.

Salimos de aquella cabaña y solté su mano acordándome de uno de los libros que había encima de la mesilla.

Corrí de nuevo dentro de la cabaña y lo agarré volviendo en segundos junto a Daeron.

-¿No vas a superarle nunca?- preguntó soltando un fuerte silbido.

Acaricié el lomo del libro y alcé la vista al cielo cuando Tessarion nos sobrevoló provocando la sonrisa de Daeron.

-Ya echaba de menos a mi dragona.

Tessarion descendió hasta posar sus enormes patas en el suelo, casi cerca del cadáver del guardia, y rugió con fuerza, sobresaltandome.

-No tengas miedo, Lyanna…-susurró Daeron tirando de nuevo de mi mano- tu hijo pronto tendrá uno igual.

Ayudada por él subí a duras penas al dragón, y me senté apoyando una mano en mi vientre. Me asustaba perder al bebé y me asustaba no poder soportar volar en dragón en mi estado.

Daeron no tardó en sentarse detrás de mí, mientras yo giraba mi cabeza para mirarle, sin comprender lo que intentaba hacer.

-¿Crees que iba a dejarte atrás con las sacudidas que da Tesaarion?- alzó una ceja con gesto divertido.

Y pasando sus manos hacia adelante, tiró de las cuerdas del dragón provocando que este alzará el vuelo y yo soltara un grito.

Íbamos a Antigua sin saber que llegar allí cambiaría por completo nuestras vidas. Que se tambalearian los fuertes cimientos que juntos habíamos construido en este tiempo.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora