63.

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Daeron caminó acompañado de su hermano a la entrada del castillo y desenvainó la espada cuando sus ojos se posaron en su sobrino que portando una bandera blanca se deslizó bajando de su dragón.

-Jace- sonrió Aemond posando su mano sobre la empuñadura de la espada.

-Esta mañana me he levantado con una noticia muy interesante-Jace se apoyó en su dragón y sonrió pasando una mano por la corona que llevaba orgulloso encima de la cabeza- Otto Hightower ha venido a la Fortaleza Roja a contarme nada más y nada menos que vosotros tenéis cautiva a mi esposa aquí.

Suspiró mientras los dos hermanos le observaban con atención.

-Tenéis mucha suerte de que Daemon no se encontrara en el castillo- sacó su espada y miró a sus tíos- si no os juro que ahora todo el castillo estaría ardiendo.

-¿Y tú a qué has venido?- preguntó Daeron dando un paso hacia adelante, sintiendo como el fuego comenzaba a inundar su interior. 

Si aquel hombre que tenía enfrente había venido a por "SU" Lyanna, ya podía marcharse, porque él no estaba dispuesto a ceder en absoluto para entregársela a nadie.

-¿Tú qué crees?- preguntó Jace dando un paso hacia adelante- vengo a recuperar lo que me pertenece.

-Te has convertido en todo un hombre -sonrió Aemond- ¿Has venido tú solo a enfrentarnos por recuperar a una mujer que hace mucho dejó de ser tuya?

-¿Lo dices por el niño bastardo que lleva en su vientre?- preguntó Jace- lo criaré como mío, al fin y al cabo no puedo culpar a una mujer si unos desalmados la violan.

Daeron observaba cada movimiento que hacía Jace, cada gesto, cada sonrisa, cada mirada, analizaba a su enemigo sin soltar su espada que apretaba con tanta fuerza que hasta sus nudillos se habían tornado en un color blanquecino.

-Aunque me causa intriga saber quién fue..¿Quién tocó a mi reina sin miedo a las consecuencias que conllevaba tal ataque?

-Maldito bastardo…-susurró Daeron sin poder contenerse más.

-¿Fuiste tú?- Jace le señaló con la espada.

-Vi como la pegaste aquel día..- Daeron caminó hacia él sin apenas pestañear- como ella te miraba aterrorizada.

La punta de la espada de Jace se posó sobre el pecho de Daeron que lanzó su espada al suelo lleno de rabia.

-¿No te han enseñado que pegar a una mujer es de cobardes?

-¿Y violarlas no lo es?

-Aparta la espada y enfréntate a mí de hombre a hombre..

-¿Se puede saber que haces?- Aemond caminó hacia ellos, pero frenó en seco cuando Daeron le hizo un gesto con la mano para que no insistiera.

-Solo te llevarás a Lyanna si yo estoy muerto.

Eso provocó que Jace tirara su espada al suelo y le propinara un fuerte puñetazo a Daeron al mismo tiempo que Vermax rugía con fuerza.

Se lanzó sobre su tío bajo la atenta mirada de Aemond que tuvo que apartar la mirada cuando Helena llegó hasta ellos.

-¡Paradles!-gritó ella mientras él la agarraba con fuerza.

-Vete dentro y que Lyanna no se entere de que Jacaerys ha estado aquí.

Ella miró a su hermano asustada, pero se giró marchándose sin rechistar, incapaz de continuar observando aquella escena donde Jace golpeaba con todas sus fuerzas el rostro de Daeron.

-¡Ella es mi esposa!- gritó Jace provocando que Daeron le diera un rodillazo en su entrepierna y le volcara tumbandose encima de él para descargar toda la rabia acumulada.

Le golpeó con rabia, con toda la fuerza que contenían su cuerpo, viendo cómo el rostro de su enemigo se encharcaba provocando cierto alivio en el interior de Daeron.

Odiaba a Jace, odiaba que él fuera el hombre con el que había elegido Lyanna casarse, odiaba que Lyanna aún sintiera afecto por ese hombre que la humilló de aquella forma.

-Si sigues le matarás- Aemond se agachó a su lado divertido con la situación- tu contrincante lleva inconsciente ya un rato, si vas a rematarle asegúrate de no arrepentirte después.

Eso fue lo único que hizo que Daeron cesara, que se apartara de Jace y se pusiera de pie con la respiración agitada y la mano adolorida.

-Lyanna…-susurró apoyando la manos en sus rodillas intentando recuperarse del esfuerzo.

-Deberías dejarme matarlo a mí- Aemond sacó su daga y jugueteó con ella bajo la atenta mirada de Daeron- a mi me es completamente indiferente que la hija de Daemon me odie y te estaría haciendo un favor al deshacerme de lo único que te separa de que esa mujer sea tuya para siempre.

Él se quedó en silencio, deseaba matar a Jace con sus propias manos, enterrarle una espada hasta sentir como atravesaba su corazón, pero ¿Y el dolor que aquello le provocaría a Lyanna?

-No le toques…-susurró al fin Daeron agarrando su espada del suelo- él no es lo único que me separa de que Lyanna sea por completo mía, si le mato solo la distanciaré de mi.

-¡Seré yo el que…

-¡He dicho que no!- espetó Daeron lleno de rabia-¡Si muere será en batalla y no aquí!

Aemond miró como su hermano se guardaba su daga y entraba en el castillo dejándole atrás, y por un pequeño instante no le reconoció.

¿Y todo lo que les había enseñado madre? ¿Donde quedaba todo el odio que tenían que tenerle a los negros?

Tragó saliva guardándose su daga y tiró de las manos de Jace arrastrándole al interior  para intentar salvar a su mayor enemigo.



La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora