Entré en la sala del trono mientras observaba la inmensidad de aquel lugar. Me había pasado todo el día dando vueltas por el castillo y esquivando a Baela. ¿Cómo iba a mirarla después de lo que su futuro esposo me había propuesto? ¿O del beso que nos habíamos dado?
Escuché la puerta abrirse detrás de mí y me giré viendo cómo Aegon y Aemond pasaban a mi lado y abrían otra de las puertas dispuestos a marcharse.
-¿Acaso no tenéis modales?- pregunté cruzándome de brazos, provocando que Aegon fuera el primero en frenar sus pasos- ¿No ibais a saludarme?
-Si no recuerdo mal, tu padre nos lo prohibió- Aegon esbozó una sonrisa y le hizo un gesto de cabeza a Aemond para que nos dejará a solas.
Puse los ojos en blanco.
-Creí que tú no seguías las órdenes de nadie-le miré detenidamente, llevaba el pelo tras las orejas, vestimenta verde y una ligera sonrisa en el rostro, pero lo que más llamó mi atención fue la herida que tenía casi en la ojera.
Fruncí el ceño y sin perder tiempo caminé apresuradamente hacia él.
-¿Quién te ha hecho esto?- pregunté rozando su herida con mi dedo mientras él hacía una mueca de dolor.
-No es nada- se apartó de mí.
-¿Fue Daemon?-pregunté de nuevo.
-¿Acaso te preocupas por mí?-elevó la ceja de forma divertida.
-¿Preocuparme por ti?- me reí con nerviosismo- ni en tus mejores sueños, Aegon.
Me miró y agachó la cabeza.
-Quitarte la horrible ropa de la servidumbre te ha favorecido- dijo- pareces completamente otra.
-¿En un alago?
-No lo sé-sonrió volviendo a mirarme mientras volvía a abrir la puerta-eso depende de ti.
-Aegon- dije provocando que él volviera a quedarse quieto.
-Quiero verlo otra vez…-susurré- quiero ver el cielo estrellado de tu cabaña.
Frunció el ceño girándose para mirarme de nuevo.
-Puedes ir al jardín y ver las estrellas desde allí- y sin decirme nada más salió de la sala del trono.
Pero no me rendí, abrí la puerta tras él y me posicioné rápidamente delante impidiéndole así el paso.
-En el cielo hay un estrella- puse mi mano en su pecho para impedir que continuara avanzando- una estrella en particular que me recuerda a ella, a mi madre.
-No llevo chicas a ver estrellas mientras yo me quedo quieto como un idiota- me apartó y retomó de nuevo sus pasos.
-Aegon, pensé que esa estrella solo se veía desde Bastión de Tormentas- mis ojos se llenaron de lágrimas sin poder evitarlo- hecho de menos a mi madre….
Se giró para mirarme.
-No sé qué clase de hombre piensas que soy, pero te estás haciendo expectativas que no te conducirán a ningún buen lugar- hizo el amago de subir el escalón y se giró caminando hacia mí- soy un borracho despreciable, un hombre que estuvo a punto de abusar de ti, que quiere quedarse con un trono que sabe que no le pertenece, pero que le da igual matar a quien se le ponga en medio para hacerse con el.
Resopló mirando mis ojos repletos de lágrimas y tiró de mi mano.
-Espero que el imbécil de Daemon no te vea conmigo- salió hacia el jardín y se dirigió hacia la puerta trasera del castillo sin soltarme- lo que menos necesito es otro golpe.
Aceleré mis pasos tras él y sentí algo extraño recorrer mi cuerpo.
-No eres despreciable…-susurré.
Aegon me miró desde el rabillo del ojo y se quedó en silencio hasta que entró en Pozo Dragón, sólo entonces soltó mi mano.
-Claro que lo soy- puso los ojos en blanco dirigiéndose a las escaleras- te acabarás dando cuenta, igual que lo han hecho todos.
Bajé detrás de él las escaleras.
-Déjame conocerte-tragué saliva viendo cómo él daba la vuelta para mirarme e inevitablemente volví a desviar la vista hacia su herida- no creo que seas como aparentas incansablemente demostrar.
Aegon esbozó una sonrisa que intentó disimular agarrando las cuerdas de su dragón.
-Sube- me extendió la mano provocando que yo me acercara más a él.
Nuestros ojos coincidieron y por primera vez desde que le conocí, fue él el que apartó la mirada con timidez provocando que el corazón me diera un vuelco.
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La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen
RomanceFANFIC HOUSE OF THE DRAGON