Bajé mi vestido sintiéndome inevitablemente mal al recordar a Jace. ¿Qué había hecho? ¿Por qué no había al menos intentado frenarle?
Aegon a mi lado intentó volver a respirar con normalidad mientras se cubría el rostro con su brazo.
-Soy una mujer casada…-susurré.
-¿Crees que eso me importa?
-Le he sido infiel…-mis ojos se llenaron de lágrimas mientras Aegon apartaba su brazo y se incorporaba para mirarme.
-Llevas siéndole infiel desde que te casaste con él- se cubrió con la sábana sin apartar su mirada de mí-¿O acaso has dejado de pensar en mi?
Agaché mi cabeza incapaz de contestarle.
Él volvió a apoyar la cabeza en la almohada y cubrió su rostro con cansancio.
-Yo no he podido dejar de hacerlo…-terminó de decir.
Me acerqué a él y agarrando su mano le obligué a mirarme.
-Venga, levanta- tiré de su mano mientras él me miraba fijamente- hay que comer algo y lavarse.
-¿Vas a cuidar de mí?- preguntó sin expresión en el rostro.
Suspiré y asentí.
-¿Eres consciente de que soy tu enemigo?
Sonreí con tristeza escuchando su pregunta.
-Venga levanta, les diré que te preparen una baño con agua caliente- me puse de pie y me recogí el pelo con rapidez mientras me dirigía hacia la puerta- el mundo no se acaba aquí.
-¿No vas a escapar?
Me giré para mirarle con la mano aún agarrando el pomo.
-Lo intentaré cuando te vea bien- hice una mueca y sin esperar su respuesta salí hacia el pasillo.
Caminé apresuradamente en busca de alguna sirvienta, y cuando llegué a las escaleras frené mis pasos al encontrarme de nuevo a Aemond.
Nuestras miradas se cruzaron y juraría que si no fuera porque me necesitaba para su bien, me habría matado en aquel preciso momento.
Tragué saliva y bajé los escalones queriendo perderle de vista cuanto antes.
Miré hacia atrás viendo cómo él continuaba a lo suyo y justo en ese momento me tropecé con alguien.
-Oh, lo lamento- dije avergonzada dirigiendo mi vista hacia un chico alto, atractivo y con el mismo pelo blanco que caracterizaba a los Targaryen.
-Disculpe- el chico se hizo a un lado dándome paso mientras sus ojos me analizaban detenidamente.
-Es hija de Daemon-nos interrumpió Aemond caminando hacia nosotros y volviendo a ponerme nerviosa- pero como puedes ver no representa ningúna amenaza.
Miré a Aemond fulminandole con la mirada.
-Él es Daeron, mi hermano.
Desvíe de nuevo mi vista hacia Daeron y fruncí el ceño.
-¿Qué hace la hija de Daemon aquí?-preguntó él imitando mi gesto.
Aemond esbozó una sonrisa y pasó su mano encima del hombro de Daeron bajo mi atenta mirada.
-Preguntaselo más tarde a Aegon.
Los dos se miraron y yo esbocé una sonrisa.
–Tengo en mis manos al Rey- sonreí de medio lado fulminandoles mientras apretaba los puños- tened cuidado, porque está balanza cae a favor de los negros.
Aemond soltó una carcajada.
-Oh, sí- miró a su hermano de nuevo- se me olvidó decirte también que aparte de ser hija de Daemon, es la esposa de Jacaerys Velaryon.
Daeron me analizó en silencio.
-La mujer que dice que la balanza de los negros se inclina a su favor- tocó mi hombro haciéndome retroceder- se mete bajo las sábanas de lo verdes.
Con fuerza le abofeteé provocando la risa de Daeron.
-No hables en plural- me acerqué a Aemond y me puse de puntillas con gesto enfadado- jamás me metería bajo las sábanas de cualquier verde.
Le miré asqueada y me giré marchandome hacia la cocina.
Odiaba a Aemond, lo hacía con todas mis fuerzas y estaba segura que en algún momento iba a pagar por todo el mal que nos había ocasionado.
ESTÁS LEYENDO
La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen
RomanceFANFIC HOUSE OF THE DRAGON