EL ENCUENTRO CON EL PADRE RUBÉN.

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NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 03

Dos horas después de la llamada, que hizo Carlos, llegaba a la gran casa el padre Rubén, quien estaba muy contento de poderse divertir.

Le abrió la puerta el vigilante Pancho, caminaron juntos en la casa, llevándolo para que lo recibiera Carlos en su oficina.

Después de saludarse, los amigos ahora por órdenes de Carlos, Julio se dirigió al pasillo del sótano, caminando hasta la puerta en donde se encontraba Victoria.

Giró la perilla de la puerta, abriéndola muy despacio, encontrando a la mujer en una esquina de la celda, sentada llorando totalmente espantada.
- ¡He y! Putita, ya ponte de pie pendeja ¡Rápido! ¡Muévete! Vamos, coloca tus dos manos atrás de tu espalda. ¡Rápido pendeja! Tu amante ya te vino a ver cabrona. -

Victoria despacio se levantó, con sus ojos llorosos, lo miró con mucho miedo, pero, obedeciéndole de inmediato se dio la vuelta.

Julio, con fuerza le agarró sus delicadas manos esposándola, en tono bajito estaba diciéndole:
-Oye Victoria, cuando te desfunden el bizcochito, yo voy a hacer el segundo, si todavía tienes virgen tu culito, yo con eso me conformo, pórtate bien mi niña, o te traeré de regreso a este lugar, para darte tus buenos chingadazos por pinche desobediente. -
Victoria, aprobó diciendo que si con la cabeza, estaba completamente muda de miedo y sin salida, mientras Julio repegaba su boca al oído de ella, le expresó susurrándole:
-Yo te voy a lamer todo tu bizcochito, solo que ahora vales mucho dinero puta perrita, pero, después de esta cogida, estarás en el piso como todas estas otras pinches putas de mierda.

Que no sirven para nada, eso te lo garantizo pendeja. -
Enseguida, le cubrió los ojos con una venda, sacándola de la celda, caminaron juntos por el pasillo subiendo al primer piso, pasaron unas habitaciones siguieron subiendo al segundo piso, hasta llegar a una hermosa recámara, que tenía una cama grande, una tina grande de baño y una regadera, todo el cuarto muy finamente adornando, la alfombra era de color café con un delicado olor a jazmín.

Ya adentro de la habitación, Julio, soltó el brazo de ella, le quitó la venda de los ojos, muy despacio le tocó la cintura deslizando su mano hasta una de sus nalgas, se la sobaba con mucha lujuria, acercó su cara, entonces le susurró al oído:
-Pórtate bien, pinche bizcochito obedece en todo, aquí te van a abrir las nalgas pendeja. -

Julio, sacando la lengua de su boca, le lamió la mejilla, enseguida, con su mano derecha le dio una fuerte nalgada, enseguida, Julio se salió de la habitación.

Victoria, tenía las manos esposadas a su espalda, en esa habitación estaba petrificada de miedo.

Victoria, asustada, miraba para todos lados del cuarto, en menos de cinco minutos la puerta se abrió, viendo ella entrar al mentado padre Rubén.

Que era un hombre, de uno setenta y cinco de estatura, un poco obeso, con un traje negro, con una mirada tranquila, la miró de arriba para abajo, de su seria cara estaba sacando una sonrisa de puro gusto.

Ese apretado bizcochito, era todo suyo, le estrenaría completamente cada centímetro de su juvenil cuerpo, la miró fijamente a la cara explicando:
-Me gusta tu vestido niña, tu cabello es largo y muy bonito. Sabes...

A mí no me gusta, que me hagan dramas, tengo esta cinta canela si gritas te la pongo en la boca, por ahora, te dejaré las manos atadas, porque la puta de anoche, me rasguñó mi cara, ¿Vez los rasguños? Se pasó de pendeja la pinche puta, pero, me dicen, que ya la castigaron a la cabrona, porque yo mando aquí, y ustedes son mis esclavas sexuales. -

NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora