LA CAÍDA DE UN IMPERIO.

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NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 45

- ¡Ese hijo de puta está enterrado! ¡Se desplomará! ¡Ya le di en donde más le duele! ¿Qué? ¿No vistes las pinches noticias Elsa? Ja jajá... ¿No te has enterado todavía?... ja jajá... -

Preguntó riendo Iván, mirando para todos lados, sintiéndose ya el dueño del mundo.
Elsa, muy seria, lo veía reír, solo le contestó:
-No, no estoy enterada, me la pasé limpiando la pinche casa, y ordenando todo el puto desmadre, que dejaron, después de la balacera, estuve sacando los cuerpos... -

-Ese estúpido... ese pendejo, ese presidente de mierda, no llegará lejos Elsa, ya me encargué de ese pendejo, ahora, está totalmente derrumbado. Ja jajá. Ja jajá. -

-Y por el momento, tú dime. ¿Qué quieres que haga, Iván? -

Ante la cuestión, Iván dejó de reír, aclaró su garganta, la miró a la cara, muy serio, le contestó:

-Necesito, que me des las cuentas del banco, todo el dinero en efectivo de Carlos, hay que comprar más droga, necesito, que me des todos los registros de los compradores, a quienes hay que cobrarles, dámelos hoy en la oficina...

O mejor dicho, en mi oficina, y no te olvides cabrona... si no quieres terminar culeada, y con mi cuchillo clavado en tu pinche espalda, escúchame bien, Elsa, no te lo diré dos veces cabrona...

No juegues conmigo, cabroncita, o terminarás muerta, con mi cuchillo siendo parte de tú cuerpo. ¿Entendiste, Elsa? -

Ante estas palabras, se sostuvieron la vista uno al otro, Iván sonriendo, enseguida, con ambas manos se levantó el saco, mostrándole su filoso cuchillo, que ya tantas vidas habían tomado, siguió sonriendo, ya sintiéndose el nuevo dueño del imperio de drogas.

Ante esta amenaza, Elsa bajó la vista, después, volteó para ambos lados de la calle, se agachó más a la ventanilla del carro contestándole:

-Todo lo que quieras Iván, todo esto ya es tuyo, te lo aseguro... "jefe". -

Iván sonrió, ante tales palabras, Elsa, así de fácil, había doblado las manos ante su presencia, el imperio de la droga, pasaba a sus manos, sin ningún problema, así que solo le contestó:

-Está bien, muy bien, pinche perrita, pórtate bien conmigo y te dejaré vivir, te veo más tarde en mi oficina, ten todo listo cabroncita, si no ya te dije.... "mi cuchillo será parte de tu cuerpo". -

Elsa, al oír esas palabras, no dijo más, solo lo miró sonriéndole, después, que terminará de hablar con Iván, treinta segundos después, Elsa, se alejó del vehículo, subiéndose deprisa a su carro, encendió el motor manejando seis cuadras.

Después, se detuvo en una gasolinera, con prisa, agarró un teléfono público, e hizo una llamada anónima, enseguida, muy tranquila se subió de nuevo a su automóvil, y sin más demora, se dirigió directo a la casa de Carlos.

Cuando Elsa llegó a la casa, encendió la televisión, enseguida, sobre la mesita, formó dos líneas gruesas de droga, aspirando muy desesperada, se metió una fuerte dosis de cocaína, en cada lado de su nariz.

Quedando recargada, quieta sobre el sillón, ahora, encendió un cigarro Cáncer Filters 100's. M.R. esperando algo importante en las noticias.

Para las diez de la mañana, la noticia surgió en todos los medios de comunicación, que un anónimo, llamó a la policía, quienes al llegar al lugar, encontraron al doctor Iván Rivera Macedo.

NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora