PLACER Y MÁS PLACER.

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NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 33

Victoria, ahora se arrodilló en la alfombra, tomando la posición que Elsa tenía, con su cara de asco, que no pudo evitar poner, al ver esa papayita bien abierta, que estaba esperando
ser mamada por su lengua, y sus labios pintados de azul.

Victoria, muy despacio le acercó su cara sacando la lengua de su boca, toco con la punta el clítoris de Elsa, esperando lo peor, pero, su sabor no era nada desagradable como se lo contaban sus amigas, que ya habían tenido sus experiencias lesbianas en la escuela.

Contando solo puras pendejadas del bizcochito, diciendo que el sabor de la papayita, era muy asqueroso, que les agarraba la lengua haciéndolas casi vomitar por el asco.

Elsa, para pasar su noche especial, se había lavado y perfumado todo su culito y su papayita, que al estar excitada despedía solo un delicioso olor a mar.

Ahora, colocó Victoria su lengua por segunda vez, sobre la panochita, tratando de imitar las mamadas, que Elsa le había dado en su bizcochito.

Así que, le lamió desde abajo hasta arriba aprisionando con sus labios el clítoris lamiéndoselo, una vez dentro de su boca con su lengua le daba las mismas tiernas caricias que ella había recibido de Elsa.

- ¡Ah! ¡Así mi reina! ¡Ah! Apriétalo con tus labios... ¡Así! ¡Ah! ¡Qué rico! -
Victoria, al ver la respuesta de Elsa, le salió una sonrisa en sus labios, lamiéndole el clítoris con más ganas, aprisionándolo con su boca, tronando sus labios al soltar la rica papayita de su boca.

Ahora, se chupó uno de sus dedos, metiéndoselo enseguida en el fundillito de Elsa, quien inmediatamente sintió la penetración, seguida de otras ricas mamadas de bizcochito, sin dejar de lamer ni un momento Victoria la panochita.

Ahora, le metió otro dedo más en el culito.
- ¡Ah! ¡Qué rico! Muévelo hunde los dedos por favor ¡Ah! ¡Así! -

Elsa, sostenía sus dos piernas, agarrándolas con sus manos,
manteniendo su rica papayita bien abierta, para que no tuviera ninguna dificulta su mamadora en turno.

Elsa, cerró los ojos, tratando de disfrutar más, la masturbada que le daban con la boca en su bizcochito, y esa deliciosa mano, que no paraba ni un momento de mover los dedos, que invadían su fundillito.

La lengua seguía bien pegada en el bizcochito, succionando todo el clítoris, Victoria, trataba de imitar todas las mamadas de papayita, como se lo había hecho unos minutos antes a ella.

Carlos, despacio y en silencio con mano izquierda le tocó el hombro a Victoria, ya tenía en la mano derecha uno de los juguetes favoritos de Elsa.

Era su consolador grueso de dos cabezas de treinta pulgadas de largo, que Carlos, había sacado de la maleta de Elsa.

Ahora, Carlos le hizo la seña, con la mano a Victoria, que le metiera el consolador en el fundillito.

La joven, con su mano derecha, se lo recibió, no dejando de lamerle el bizcochito de Elsa.

Mientras miraba a Carlos, la joven enseguida, sacó sus dedos del caliente fundillito, acomodó con su mano derecha el grueso juguete, que ya tenía aceite para ser ensartado entre las nalgas de Elsa.

Victoria, se detuvo por un instante de lamer el bizcochito, miró el delicioso culito y enseguida, le ordenó:

-Ábrete tus nalgas Elsa, quiero mamarte todo tu delicioso fundillito. -
Enseguida, volvió a pegarse al clítoris que ya mamaba ella, muy golosamente. Elsa, sin abrir los ojos soltó sus piernas, sin bajarlas ni cerrarlas, solo bajo sus dos manos, y se agarró cada nalga, con las piernas en el aire le facilitó al jalarse las nalgas a los lados, dejó totalmente abierto su delicioso fundillito.

NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora