NEGOCIO REDONDO
Violencia, drogas y sexo.
El camino a la perdición.
CAPÍTULO 26
- ¡Vaya que puta historia! Y ustedes son de los que les echan mierda a las monjas, y a los pobres sacerdotes. "Ustedes siempre dicen que son la verdad", yo he hablado con gente de
tu religión, y me dicen que yo estoy mal, porque soy de la religión Bautista.Que mi pinche religión no sirve, pero, hasta ahora me doy cuenta, ya sé porque Carlos siempre dice:
Todos tenemos un lado obscuro.
Sí... todos tenemos un lado obscuro, y saben pinches hermanitas, ahora veo que no hay excepciones de personas, ni de religiones... ¡Qué putería!
Llegaron ustedes aquí bien persignadas y son bien putas. -- ¡Que!... ¿Nos perdonas por nuestro secreto? De no ser vírgenes o...
¿Nos vas a golpear Elsa? Mira, recuerda que te cogí bien rico tu culito, te viniste bien ensartadita, y tú te cogiste bien rico a mi amante, le mamaste todo su bizcochito
mientras yo te cogía. -Explicó Olga, mirándola a la cara con una sonrisa pícara, riendo Elsa le contestó:
-Ja jajá, eres toda una perra, pinche Olga, sabes cabrona, me gustó tu pinche historia, pero, te advierto una cosa... que en esta casa, ustedes dos son mías, y lo más que puedo hacer
es que procuraré cogérmelas juntas par de cabronas.Porque de aquí de esta casa, solo muertas ustedes saldrán, par de putitas lesbianas amadoras de Dios. -
-Y ahora dinos. ¿Qué quieres que hagamos para ti Elsa? Para tenerte contenta. -
Preguntó Elizabeth, agachando la mirada, bien sabía que ya no tenían su libertad.-Vayan a bañarse aquí mismo mis niñas, allá está el baño tiene toallas y todo lo que necesitan, yo mientras les pediré ropa nueva a los guardias, para que se vistan y se vean bonitas,
después, saldremos a mostrarles su trabajo en el taller. -Enseguida, juntas se metieron las jóvenes a ducharse con agua caliente, mientras Elsa se vestía, y le pedía a Pancho que le trajera ropa para las nuevas chicas.
Cuando terminaron de bañarse, las jóvenes se vistieron poniéndose unos bonitos vestidos, que Elsa les pidió especialmente para ellas.
Después, Elsa, a ambas mujeres les colocó las esposas, de una mano a cada una de ellas, quedando unidas Olga a Elizabeth. Asustada Olga le comentó:
-Pero... nos portamos bien contigo Elsa. ¿Porque nos esposas? -
-Es por seguridad mis putitas, porque si no lo hago, Julio se enojará conmigo, y no discutan de lo que yo hago pendejas, ustedes no tienen voz ni opinión en esta casa. -
Contestó Elsa agarrando su maleta donde tenía sus consoladores, y un encargo especial para Carlos, salieron las tres mujeres de la recámara.
Pancho, las acompañó hasta el taller, donde caminaron explicándoles Elsa a las dos nuevas, como a todas las mujeres, el trabajo que harían, el descanso, cuando se las cogerían, donde dormirían, donde se bañarían y las reglas de la casa, para no ser castigadas por ellos, por su mal comportamiento, hasta que las marcó como a las demás mujeres, ahora diciéndoles:
-Óiganme bien par de putas, ustedes serán... Elizabeth... tú serás la cincuenta y dos, y Olga, tú serás la cincuenta y tres, aquí las llamarán por su número todos los días.
Apréndanselo bien par de pendejas, lo dirán cuando les den de comer y
cuando se les llame para cualquier tarea, aquí no me importa su puto nombre o su pendejo apellido... -- ¿Y tú Elsa? ¿Eres la seiscientos sesenta y seis? O ¿Te llaman bestia salvaje? -
Preguntó Olga en broma, mirando a la cara de Elsa, esperando la reacción de ella.
-No corazón. Tú que me llamas así, y yo te rompo tu puta madre, todos los pinches números los damos nosotros aquí, no los recibimos, otro pinche chiste de esos, y no saldrás del cuarto de castigos en muchos días cabroncita, te chingaré y hasta te cortaré la puta lengua. -
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NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.
General FictionCarlos Camacho es un narcotraficante, y a pesar de la fortuna que ya tiene en sus manos, no puede conseguir el amor de su amiga la maestra Elsa Prado Nava, quien trabaja dando clases para una iglesia bautista, pero, ella es una lesbiana amante total...