NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.

LA CELEBRACIÓN DEL PRESIDENTE.

NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 39

Por esta obediencia absoluta, ya se había ganado la confianza de Carlos, y estaba hoy ella, en esta fiesta especial.

Elizabeth, tenía mucho miedo, y más aumentó, cuando estuvo enfrente de todos los invitados, al ver al Doctor Iván en la sala, sabía el rumor de que Iván, se cogería esa noche a Olga.

Pero, nada era aún seguro, hasta ahora, solo era un rumor, porque lo más importante en este momento, era la celebración de Rogelio, por su triunfo, era ya el presidente de una nación, no había importancia en corregir a las chicas esta noche.

-Aquí están las muchachas Carlos, todas listas y bien arregladas, como lo ordenaste. -

Señaló Pancho, sosteniendo con ambas manos su retrocarga, detrás de ellas.
Carlos, las observó una por una, con una sonrisa les expresó:

-Adelante chicas, vamos pasen, pasen, pero qué lindas se ven todas, busquen su pareja y agarren una copa, hoy beberán hasta no ver a Dios, así que chicas, obedezcan y pónganse hasta la madre, porque esta fiesta es hasta el amanecer. -

Martha y Elvia, de inmediato se fueron hacia Elsa, la saludaron besando sus labios con mucha ternura.

Elsa, con alegría, estaba abriendo sus brazos diciéndoles:
-Mis niñas, que bellas están, y díganme. ¿Cómo se sienten esta noche? -

-Bien Elsa, estamos bien. ¿Podemos estar contigo? -

-Si pueden, pero, aquí mi amigo Eduardo preguntó por ti, mi hermosa uno (Martha), quiere estar contigo esta noche, y ten mucho cuidado, porque te quiere fornicar chiquita...-

- ¡Hola Marta! ¿Cómo estas mi amiga? Qué guapa te ves hoy. -

Preguntó Eduardo, saludándola de beso en los labios, dándose la mano.

-Bien muy bien, gracias, Eduardo, y soy la uno... que gusto de volverte a ver, y que estés esta noche. -

Contestó Martha, con una sonrisa, mirando a Eduardo, y después a Elsa. -
- ¿Crees, tener tiempo para mi esta noche preciosa? -
Preguntó Eduardo, admirando el hermoso vestido, que Martha lucía, bajó un poco la vista, le miraba sus dos grandes senos, que amenazaban con salirse del escote.

-Pues, por su puesto, yo solo quisiera sentir tus huevos golpear mi bizcochito. Ja jajá. -

-Ja jajá... ¿Todavía te acuerdas de nuestra primera vez, Martha? Ja jajá. -

-De esa, y de otras cogidas más, que he pasado contigo mi macho. -

-Quédate a platicar con él, mi número uno (Martha), y tú mi hermosa diez (Elvia) hazme compañía, ven aquí mi pequeña muñequita. -

Indicó Elsa, besándola en los labios, con sus dos manos le agarraba las nalgas a Elvia.

Quien, ya se imaginaba la cogida, que le daría su amante, más entrada la noche.

-Está bien Elsa, lo que tú ordenes preciosa. ¿Me cogerás esta noche, mi reina? -

- ¡Claro mi niña! Y tomaremos, y nos cogeremos toda la pinche noche, hoy, es una noche muy especial, para todos nosotros. -

- ¡He y! ¡Cincuenta y uno! (Victoria) ven aquí preciosa, ven aquí... -

Le ordenó Carlos, haciendo un ademán con la mano derecha, para que se acercara la joven a él.