VICTORIA EN EL CUARTO DE CASTIGOS.

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NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 15

-Bueno niñas, déjenme explicarles algo muy importante, el trato es con don Carlos, yo soy su brazo derecho que consigue la gente que el necesité.

Mira, la semana pasada le conseguí una chica que quería trabajar para Carlos, así que se la presenté, iba a pagarle quinientos dólares, más otros trecientos dólares como bienvenida al trabajo, porque Carlos la necesita de verdad...

Pero, en ese momento, a la joven le sonó el maldito teléfono celular, la chica contestó la llamada, solo por dos minutos, cuando colgó, don Carlos la miró, muy serio le preguntó:

¿Porque me ignoras, muchacha? Te voy a pagar bien, y para ti es más importante tu teléfono, que yo, muy molesto me dijo:

sácala de aquí, no quiero volver a verla, que busqué trabajo en otro lado. -

- ¡No, casi me corre a mí también! Es muy exigente el señor, pero, eso sí, te paga muy bien, así que, porque no apagan su celular, o me lo dan para que no suene cuando las presente ante él, y así nos evitamos problemas con él. -

-Bueno don Julio. Si así es de especial ese patrón debemos de tener mucho cuidado. -
Comentó Elizabeth. Pero, como les interesaba conseguir el trabajo, Olga siendo inocente, y muy confiada lo apagó en frente de Julio, le indicó:

-Tenga don Julio, no vayamos a cometer un error, cuando regresemos me lo da de nuevo, y evitamos problemas con el patrón, así conseguimos el trabajo, y nadie se molesta. -

-Aquí va a estar seguro su celular, y sus trabajos también, síganme, chicas, es solo a treinta minutos de camino, ya verán, que les encantará el lugar. -

Expresó Julio, con una sonrisa triunfante, estiró la mano recibiendo el celular, les quitó el único medio de comunicación, para ellas, en donde podían dar la ubicación de la casa.

Ahora, las dos chicas muy confiadas, y contentas, mordieron el anzuelo sin saber, que en una hora cambiarían su vida.

Julio tenía labia, y cuidaba cualquier señal de auxilio por cualquier medio, o que de una manera dieran la ubicación del lugar a donde las llevaba.

Después de manejar cuarenta minutos de regreso, entraron al gran terreno de la casa, ellas vieron de lejos lo grande que era la casa y lo bonita.

Julio, llevó el carro hasta la parte de atrás de la casa, para que nadie que llegará a pasar por la carretera, fuera algún conocido de ellas, y viera la camioneta de las muchachas estacionada en frente de la casa.

- ¡Mira Olga! Están construyendo como una cancha de tenis o básquet, tal vez, a penas la empezaron hacer, les hace falta más de la mitad de la cancha, y ¡mira! Tienen un pozo, que bonito les quedó, lo adornaron bien padre, es enorme esta casa... -

Se bajó Julio del carro, acercándose a la camioneta interrumpiendo a las mujeres, con una sonrisa les indicó:

-Síganme por favor, chicas a la entrada principal, solo las presento con don Carlos, les muestro la casa, en donde van hacer sus dormitorios, y se pueden ir, para que no se les haga
muy tarde, el regreso a su casa, y así vallan a donde planearon. -

-Está bien, don Julio, no hay prisa, enséñenos todo el trabajo. -

Contestó Olga, emocionada con una gran sonrisa siguiendo a Julio, agarrando de la mano a su amiga Elizabeth.

Entraron a la casa, se quedaron asombradas del lujo, que había en cada habitación. Como a todas las mujeres nuevas, les explicaba Julio todo el trabajo, las llevó revisando cada cuarto y recámara, obviamente sin meterlas a donde estaba la detective.

NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora