EDUARDO EL NUEVO SOCIO.

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NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 12

El apache, muy encabronado expresó:
-Me largo de aquí, pero para mañana. ¡Tú puta esposa y tú pinche hija, estarán bien cogidas y muertas! ¡Maldito policía!

Le meteré mi vergota a tu hijita, hasta que muera de dolor y de placer...
para sus siete años que tiene, a de apretar bien rico la pinche perrita,
Ja jajá, la pequeña bastarda al estar ensartada gritará de puro placer... -

Enojado Eduardo, muy rápido de entre sus ropas sacó su pistola, sin darles tiempo de nada se escuchó...

¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bank!

Les disparó a quema ropa a los dos sujetos, cambiando ellos la cara de sorpresa. Estaban cayendo, como en cámara lenta, no tuvieron tiempo de sacar sus armas, al tocar el suelo ya estaban muertos, con la buena puntería que Eduardo tenía, ya estaba una bala en la cabeza, y otras dos en el pecho cada uno.

Pancho, al oír las detonaciones, entró rápido a la oficina, apuntando con su retrocarga, enseguida, a la oficina también llegaron corriendo Roberto y Julio, ya con su pistola en la mano para checar los disparos que habían escuchado en la oficina de Carlos.

- ¿Estás bien Carlitos? ¿Estás bien? -

Preguntó Pancho, viendo a los dos tipos muertos en el piso, en un charco de sangre, confundido le apuntó a su amigo Eduardo, que seguía con su pistola en mano.

Carlos, estaba en su silla, fumando tranquilamente mirando la escena, bien relajado.

-Sí, estoy bien Pancho estoy bien, ya baja el arma, Eduardo es de los nuestros. -

Contestó Carlos muy tranquilo, mirando a Eduardo, que estaba enojado, todavía apuntándoles con su arma a los cuerpos tirados en el piso, olía a pura pólvora la oficina.

- ¿Porque los mataste Eduardo? No tenían su pistola en la mano, no pudieron los pendejos ni defenderse, ve los, pobres pendejos... vaya que eres muy rápido cabrón. -

Expuso Carlos, echando una fumada a su cigarro Cáncer Filters 100's. M.R. y bebiendo de su copa.

- ¡Ellos!... ¡Ellos!... ¡Matarían a mi familia Carlos! ¡Dijeron que los matarían!

Se defendió Eduardo, mirando los dos cuerpos tirados manchando el piso de sangre.

-Pleito de borrachos hermano, no eran más que unos hocicones. -

Comentó Carlos, dando otra fumada a su cigarro Cáncer Filters 100's. M.R. y sacando el humo, sonrió añadiendo:

-Perro que ladra, no muerde, no lo olvides nunca. -

- ¿Qué voy a hacer ahora, Carlitos? ¿Cómo lo explico? ¿Qué haré? ¿Cómo lo explicaré a mis superiores? Querían ellos matar a mi familia, tú los escuchaste querían violar a mi esposa y a mi hija... ¡Por eso los maté! -
- ¿Te preocupas por esas basuras, Eduardo?
Preguntó tranquilo Carlos, tomando un trago a su copa. -

-Todo esto afectará a mi carrera, habrá juicio, me suspenderán de mi trabajo, mientras se averigua, y tú eres testigo Carlos, de que no tenían las armas en sus manos, para defenderse, me vas a hundir si dices eso.

¡La cagué! ¡La cagué! ¡Ya se chingó mi carrera, por estos pinches ojetes Carlitos!... -

-Bajen las armas amigos, estoy bien y todo está bajo control. -

Ordenó muy templado Carlos, a sus guardias y a Julio. Quienes estaban con sus armas en las manos esperando órdenes, miraban a los dos hombres muertos tirados en el piso.

NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora