SIN SALIDA.

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NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 08

Elsa, dueña de la situación, sonrió expresando:
-Es lo que yo le digo, a esta pinche perra Carlitos, pero, la pendeja no me entiende... -

-Ya está lista tu camioneta Elsa, ya bajaron el material que trajiste, y toda la ropa que está terminada ya está embolsada, te puedes ir cuando gustes. -

-Gracias Carlos está bien, pero, ten cuidado, esta pinche perra, la pendeja dice que escapará. -

-Solo muertas salen de aquí, tú lo sabes Elsa, y esta pendeja también lo sabrá, solo dale un poco de tiempo, para que se adapte a su nuevo hogar, y a su nueva forma de vida. -

Expresó Carlos, mientras seguía mirando a Victoria tirada en el suelo, quien estaba moviendo la cabeza como queriendo reaccionar del fuerte golpe que le dio Elsa.

-Me olvidaba decirte Carlos, que necesito de tu permiso, porque el número diez (Elvia), estará en la cocina con la numero uno (Martha) para ayudarle. -

- ¿Estas, segura de esa decisión Elsa? Tú sabes, que es muy peligroso para nosotros que entren en ese lugar, porque hay cuchillos y utensilios peligrosos. -

-Ella se ha portado muy bien, ya es más dócil, déjala entrar a la cocina, para que ayude mi número uno (Marta), ella necesita mucha ayuda para hacer la comida, solo vigílenla más, si me traiciona la culera, métanla al cuarto de castigos.

Me hablas, para ocuparme yo, personalmente de ella, para que se arrepienta la hija de su puta madre si me está mintiendo la cabrona. -

-No hay problema Elsa, solo porque tú me lo pides estará ayudando la diez (Elvia) en la cocina, hoy que terminé su trabajo en las máquinas, para que mañana empiece muy temprano, con la numero uno (Martha) trabajando en la cocina. -

-Bueno, gracias, Carlos, ya hicimos cuentas de la ropa, ya te pagué la cogida del número diez, solo me debes el polvito, que ya también te pagué, hoy tengo que entregar ese kilito de droga en la tarde, me dijiste que lo recogiera en tu oficina antes de irme. -

-Sube a mi oficina y agárralo, te lo dejé en mi escritorio, tú y yo, ya estamos a mano en nuestros tratos, háblame después en la noche, en tres días estará lista la otra ropa para que la recojas, no me gusta que se junte el material aquí, cuídate mucho amiga. -

-Tú también, cuídate mucho Carlos, estaremos en contacto. -

Elsa, caminando muy sensual fue moviendo sus deliciosas nalgas, salió del taller muy contenta con rumbo a la oficina, ya necesitaba otro buen pase para alegrarse la vida.

- ¡Tú! ¡Levántate cabrona! ¿Qué esperas, pinche pendeja? ¡Levántate, hija de la chingada! -

Gritó Carlos, dándole una fuerte patada en las nalgas a Victoria, enojado agregó:
- ¡Vete al dormitorio! Busca ropa, vístete, péinate, tienes que estar arreglada todo el pinche tiempo; mañana deberás comenzar a trabajar con las demás pendejas, por ahora mueve el pinche culo, y desaparece de mi vista maldita cabrona.

Ya verás lo que pasa aquí, si no trabajas en este lugar, mira si intentas escapar.... ¡He y! ¡Roberto ven de inmediato! -

Carlos, haciendo un ademán, le gritó al guardia que estaba entre las máquinas de coser cuidando a las chicas.

- ¿Que necesitas, Carlitos? -
Preguntó Roberto muy atento, caminando hasta Carlos, agarrando la funda de su pistola.

- ¡Esta pinche puta! -
Señaló Carlos a Victoria, que seguía tirada en el piso con sangre en su cara, lo veía ella con mucho miedo no hallaba como ponerse de pie.

NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora