NEGOCIO REDONDO
Violencia, drogas y sexo.
El camino a la perdición.
CAPÍTULO 27
Ana, puso las manos para proteger su cara, pero, le ardieron al chocar con el piso, lastimándose también sus rodillas en el choque, toda aturdida por el fuerte golpe, otra vez, Iván la agarró, le levantó la falda metiéndole el dedo con su pequeña panti entre sus nalgas, alzándola otra vez sobre su cabeza la estrelló con más fuerza.
Esta vez, aunque Ana puso las manos le rebotó su cabeza contra el piso, abriéndose la frente del violento golpe, viendo todo borroso a su alrededor, sin poderse levantar, después del impacto, comenzó a escurrirle su sangre de la frente por el fuerte golpe.
Julio, con una gran sonrisa de satisfacción, le detenía con la mano derecha la cara a Estela, y con la mano izquierda la agarraba fuerte de los cabellos, para que mirará todo lo que le pasaba a su compañera por desobedecer, y lo que le esperaba también a ella por su desobediencia.
- ¡Mira muy bien, lo que te va a pasar! ¡Pinche puta infeliz! ¡Mira! -
Gritó Julio a Estela, mientras Carlos y Elsa solo miraban lo que pasaba, sin decirle nada a Julio.
Ahora, Iván levantó del piso a Ana como un títere, la puso sobre una mesa de trabajo, chocando sus senos y su cara contra la mesa, dejando los pies tocando el suelo, así tendría sus nalgas bien empinadas.
Iván se quitó su chamarra, sacando ahora, su cuchillo grande de acero que portaba, se acercó a Ana y con su pie le golpeó los tobillos separándole las piernas, le cortó su vestido y su tanguita con el filoso cuchillo.
Enseguida, Iván le colocó su dedo en su boca, mojándolo, después se lo puso en el pequeño fundillito de Ana.
Metiéndoselo hasta topar con su puño, también le había metido tres dedos en su bizcochito, le meneaba de forma salvaje los otros tres dedos en su panochita, tratando de metérselos por completo.
Iván se bajó el cierre de su pantalón, sacando sus trece pulgadas de garrote, estaba ya grueso, erecto, mojado, se excitaba mucho con esa violencia, que estaba haciendo, así le gustaba cogerse a las mujeres.
- ¡Mira lo que le pasará a tu amiga! No son masque unas pinches putas. Ja jajá... -
Le señaló riendo Julio a Estela, con sus manos a fuerza estaba levantándole la cara, para que no perdiera detalle alguno.Ahora, Iván le sacó el dedo del fundillito, enseguida, le separó con sus dos manos las nalgas, que estaban tan moradas de la paliza que le
habían dado en el cuarto de castigos, doliéndole la piel que se las tocaran con las puras yemas de los dedos.Le colocó la punta de su vergota en la panochita, empujándole su garrote hasta adentro de su bizcochito, de un golpe y sin misericordia, gozando el adolorido cuerpo de su víctima, disfrutando oírla gritar ante la violación.
- ¡Ay! ¡Ah! ¡Ay! ¡Ah! -
Desesperada gritó Ana. Mientras le metía Iván su gruesa vergota casi hasta el tope, lastimándole la panochita, estaba todavía apretadita y calientita esa rica funda carnosa, que le brindaba placer a cada metida del grueso garrote que le daba.
Ana, sentía mucho dolor en sus nalgas, y un agudo dolor adentro de su papayita, comiéndose casi las trece pulgadas de dura y gruesa vergota, que sentía le llegaba hasta el estómago, sintiendo un fuerte dolor sin poderse enderezar y defender.
Iván de nuevo le metió dos dedos en el fundillito, sin detener las bombeadas de camote que le daba en el bizcochito, estaban riquísimas esas nalgas duras y paraditas, volteó Iván a ver a las mujeres que estaban dentro del cuarto mirándolo espantadas. Les gritó:
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NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.
General FictionCarlos Camacho es un narcotraficante, y a pesar de la fortuna que ya tiene en sus manos, no puede conseguir el amor de su amiga la maestra Elsa Prado Nava, quien trabaja dando clases para una iglesia bautista, pero, ella es una lesbiana amante total...