NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.

TODOS HAN MUERTO.

NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 42

Olga, al sentir atravesarla la filosa arma, abrió la boca queriendo respirar, dejando caer la retrocarga al piso, enseguida, se agarró con las dos manos el cuello, abriendo los ojos
enormes de no creerlo.

Batiéndose sus manos de su propia
sangre, al tratar de sacar el cuchillo de su garganta, fue cayendo muy despacio, de rodillas en el piso.

-Haaagrrraa... haaagrrraa... haaagrrraa. -

Se empezó ahogar con su propia sangre, miraba a Elsa, sin poder creer, que no pudo matarla, se acercó caminando muy despacio Iván, que todo el tiempo estuvo sentado en el sillón, viendo caer a cada uno de ellos.

Muy tranquilo, se agachó levantando con sus dos manos la retrocarga, con su mano izquierda, jaló hacia atrás cortando el cartucho, escuchándose
del arma.... ¡Chuck!

Volando el cartucho usado por el aire, cayendo este al piso y automáticamente, se subió el nuevo cartucho en la retrocarga.

Iván sonriendo, le preguntó:
- ¿Viste cómo se corta el cartucho del arma? ¡Pinche pendeja! -

Enseguida, le colocó la punta del arma, en el pecho de Olga, mientras ella lo veía, a sangre fría...

¡¡Bang!!

Le disparó a Olga, volando sangre y cachos de su pecho, por todos lados de la habitación, en menos de dos minutos, se mataron la mayoría de las personas, en una rápida carnicería.

El negocio, aparentemente se venía abajo, a pesar de que solo Elsa quedaba mal herida de su hombro, toda aturdida, miraba para todos lados del cuarto, sin poder creerlo, con cara de llanto y de dolor.

- ¿Estás bien Elsa? ¿Estás bien? -

Le preguntó Iván, mirándola a la cara.

-Sí, estoy bien, es solo mi hombro está sangrando, pero, estaré bien, gracias, Iván. -

Contestó muy triste. Se acercó Iván al cuerpo de Olga, sacándole su filoso cuchillo del cuello.

Iván, caminó dirigiéndose hacia Rogelio, mirándolo llorar sin consuelo, estaba completamente enloquecido, por lo que había acontecido.

-Mira tú pierna, como la tienes Rogelio, vamos, déjame curarte amigo. -

Le comentó Iván, acercando su mano derecha, a la pierna herida de
Rogelio.

- ¡Déjame! ¡Déjame! ¡Déjame! -

Gritaba histérico, lloraba Rogelio, manoteando todo lleno de sangre.

- ¡Salva a mi niña! Por favor, Iván sálvala, por favor salva a mi niña. -

Suplicaba Rogelio entre llanto, mirando la herida de Marcela, con todo su uniforme escolar, manchado de sangre.

Iván, con sus manos, le jaló la blusa a Marcela, tenía todo el costado de su pecho, totalmente floreado con mucha sangre, el disparo la dejó herida de muerte.

-Ya perdió mucha sangre, no podemos hacer nada por ella, morirá aquí sin remedio, mejor ven Rogelio, déjala morir, vamos para que yo te cure a ti. -

Marcela, con trabajos y podía hablar, temblaba, pidiendo que la salvarán.

-No... no... me... quiero... morir, papi ayúdame por... favor... por... favor... -
- ¡Ayúdala, Iván! ¡Ayúdala! Yo estoy bien. ¡Ayúdala a ella! ¡Ayúdala, Iván! -
Gritaba Rogelio desesperado, mirándose las dos manos, todas batidas de sangre.