NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.

SOY LESBIANA.

NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 04

Victoria, no supo cuánto tiempo estuvo inconsciente, de repente se escuchó un fuerte golpe en la habitación, enseguida, a Victoria le comenzó a arder una nalga.

Abrió la joven los ojos, mirando enfrente a Julio, con el cinturón con el que le había golpeado.

- ¡Levántate pendeja! -
Gritó Julio. Quien sin piedad, levantó la mano derecha, dándole otro fuerte golpe con el cinturón en la otra nalga.

- ¡Maldita puta! ¡Pinche puta! -
Le seguía vociferando.

Victoria, toda desorientada giró deprisa su cara, con un ardor insoportable en las nalgas.

Julio, enseguida miró entre las piernas la sangre, y todos los moretones en su rostro, estaba más que desecha la joven por la
violación.

- ¡Te dije que te portaras bien pendeja! ¡Te los mereces, por ser una pinche puta desobediente! -

Con su mano derecha, agarró a la joven de su brazo, la jaló con fuerza para levantarla de la cama, zarandeándola con fuerza y sin sentimiento, continúo gritándole:

- ¡Ya ponte de pie pinche perra! ¡Mírate! ¡Eres toda una puta! -

Le miró el bizcochito, con sus muslos llenos de sangre como muestra de su virginidad.

- Se divirtió el padre Rubén, tienes suerte pinche zorra, de no mentirme de que eras virgen, ahora, ya vete. ¡Lárgate a bañar, que me das asco! ¡Pinche puerca de mierda! ¡Das asco! ¡Mírate, pinche cerda! -

Le dio otra vez con el cinturón en las nalgas, poniendo una cara de enojado, escuchando a la joven gritar:

- ¡Ay! Ya no me pegue ¡Me duele! ¡Ya no! -
-Mira puta, escúchame, te voy a quitar las esposas, tienes cinco minutos para que te bañes, si te pasas de pendeja, te chingo aquí mismo a puros golpes, con el puto cinturón,

después, te llevo al cuarto de castigos, !!Aquí no hay salida!! Ni nunca la encontrarás.
¿Me entiendes pinche puta? ¡Aquí si no obedeces morirás! -

Ella, agachó la cabeza en señal de derrota, sintiéndose mareada, ahora débilmente, respondió:
-Si don Julio. -
- ¡Date la vuelta pendeja! ¡Vamos muévete pinche puta de mierda! -

Ordenó gritándole. Con una llave le quitó las esposas, liberándole las manos. Victoria se miró las muñecas todas lastimadas, ya estaban de colores, su piel blanca resaltaba el maltrato.

Antes de que ella reaccionara, Julio le dio con fuerza con el cinturón en las nalgas, ardiéndole la piel, gritándole: - ¡Córrele puta que se te acaba el tiempo! ¡Córrele, chingada madre! -
- ¡Ay! -
Gritó, llorando Victoria. De inmediato corrió al baño entrando en este, con sus manos temblándole, abrió la llave de la regadera, sintiendo un descanso con el agua caliente cayendo sobre su adolorido cuerpo.

Julio con impaciencia la estaba esperando en la recámara, a cada rato estaba gritándole:
- ¡Apúrate pendeja! ¡No tengo todo el pinche día! ¿Me oyes pendeja? -

- ¡Ya voy! ¡Ya casi termino! -
Cuando ella terminó de bañarse, enseguida salió del baño, miró con miedo a Julio con el cinturón en la mano.

Quien la miraba con mucho odio, moviendo el cinturón en el aire. Le gritó:
- ¡Vístete rápido pendeja! ¡Te tardas mucho pinche idiota! -

Victoria, intimidada ante los fuertes gritos, agachó la cabeza, con miedo le comentó:
-Rompieron mi... mi vestido.
¿Qué me voy a poner?... don Julio. -