LA VENGANZA DE IVÁN

99 2 0
                                    

NEGOCIO REDONDO

Violencia, drogas y sexo.

El camino a la perdición.

CAPÍTULO 43

Iván recordaba, que cuando llegó Rogelio a la casa de Carlos, les comentó, que su hija estaba sola en su casa, ahora, el doctor Iván, ya estaba en la casa de Rogelio, con el objetivo de matar a la hija Diana.

No sin antes violarla a su manera, para divertirse y tener mucho placer con ella.

Iván, se bajó de su camioneta una dragón de color negra, se acercó a la puerta, enseguida, tocó el timbre, después de un minuto de espera, le abrieron la puerta.

Era la misma Diana, la hija de Rogelio, con solo una blusa mal puesta, un short muy cortito, enseñando sus dos piernas, con un rico triangulito, que se le dibujaba en medio de estas, por su tamaño, parecía una pinche escuinclita y no otra cosa.

Cuando Iván la examinaba, la joven muy seria le preguntó:

-Sí, dígame. ¿A quién busca señor? -

Él, con una sonrisa maliciosa, le contestó:
-Diana, tu papá me mandó, para entretenerte, soy su gran amigo de Rogelio, como tú mamá no está en casa, me dijo, que viniera para que no te aburrieras sola, pequeñita. -

Diciendo estas palabras, enseguida, Iván se metió a la casa, cerrando la puerta detrás de él,

Diana, retrocedió mirándolo de arriba para abajo, era enorme el tipo, con una sonrisa burlona, sin saber Diana, que hacer o que decirle.

Iván, la miraba fijamente a la cara, solo escuchó que le expuso:
-Mira lo que tengo para ti muñequita. -
Con sus dos manos, se fue desabrochándose la bragueta del pantalón, enseguida, se sacó sus trece pulgadas de larga y gruesa vergota, dejándosela al alcance de Diana.

Quien, sorprendida se la miraba. Iván quería espantarla con semejante cosa.

- ¡Oh! ¡Mi Dios! -

Expresó Diana admirada, con gusto abría más sus ojitos, no quitaba la vista de ese grueso garrote, con sus dientes se mordió el labio inferior, como queriendo reír, solo atinó a decir:

-Es más gruesa, que la de mi papá. -

Iván, ahora fue el sorprendido, al oír esto, y al ver que en vez de correr espantada la joven, se le acercó más a él, sin darle tiempo de nada, ella abrió su boquita, metiéndose la gruesa punta entre sus labios.

Dándole una buena mamadota, que lo hizo estremecerse de pies a cabeza, las dos manos de Diana, le
comenzaron a masajear el garrote, sin dejar de chuparle ni un momento toda su gruesa cabezota.

- ¡Ay niña! Se supone que al ver mi reata deberías de tenerme mucho miedo. -

Diana al oír esto, se despegó por un momento, dejando un puente de baba, entre sus labios y la gruesa vergota, muy excitada, alzó su cara diciéndole:
-Ven a ver lo que estaba haciendo, apenas llegaste a tiempo para divertirnos juntos, espero, que mi pinche madre no llegué a interrumpirnos la vida. -

Después de decir estas palabras, se dio la media vuelta, y Diana comenzó a caminar hacia su recámara, jalando con su mano Derecha a Iván, de la pura vergota, al entrar a la habitación enseguida, encendió la televisión.

Mirando una vieja, que gritaba muy excitada estando bien ensartada con un garrote del fundillito, mientras un cabrón, la agarraba de la cintura, en un interminable mete y saca en sus nalgas.

Diana con una sonrisa, ahora, con su mano izquierda destapó su cama, en donde tenía escondidos, dos consoladores, de muy buen tamaño y grosor.

- ¿Que estabas haciendo, cabroncita? -
Preguntó extrañado Iván, al ver los dos consoladores.

NEGOCIO REDONDO VIOLENCIA, DROGAS Y SEXO EL CAMINO A LA PERDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora